S.1.6 Ese Gammell tenía algo turbio

Adrián N.............Brat Morgan..................Profesor de Antropología e hijo de Ralph Morgan......POD 14
Carmen..............Kate Anderson...............Celadora del hospital, madre de Lisa Anderson........POD 13
Lvis...................Lisa Mary Morgan...........Teniente del Ejército e hija de Ralph Morgan...........POD 13
Pedro.................Dra. Alicia Bennet..........Forense y compañera de Appleton en el hospital......POD 11
Galileo...............Donald Anderson............Enfermero del hospital, padre de Lisa Anderson.......POD 6

Tras ver lo que le ha pasado al Dr. Appleton, cualquier cosa podría tener sentido, por inverosímil que parezca. Y por lo que parece, alguien ha tomado el control de sus seres queridos. Alguien que donó sus órganos con la intención de hacerlo. Y ese alguien tenía un nombre, Jedediah Gammell. Con algo de investigación son capaces de encontrar la nota necrológica, de hace una semana más o menos, que registra brevemente la muerte de Jedediah Gammell por causas naturales. En ella se detalla la última dirección de Gammell, que está bastante apartada, el 14319 de Widow's Run Road, en una zona montañosa.

El siguiente paso está claro, así que compran algo de equipo y van en coche a investigar a la antigua morada de Gammell. Sin duda, ese Gammell tenía algo turbio.

Una vez allí, los investigadores ven que es un lugar con muchos árboles donde los vecinos están separados unos de otros por amplias extensiones. La descuidada casita de Gammell está al final de un camino sin pavimentar. Las paredes de madera sin pintar están resecas y comba­das. El tejado se hunde y está lleno de agujeros. Las ventanas están tapadas con maderos y la puerta principal está torcida, sujeta tan sólo por la bisagra superior. Al lado de la casucha hay un cobertizo sin ventanas que es casi tan grande como la casa. La puerta doble está bien cerrada con candado. Detrás de la casa y el cobertizo hay un ruinoso retrete exterior y, cerca de él, un pozo desmoronado.

Los investigadores examinan en primer lugar los alrededores, y luego revisan el retrete y el pozo, donde no hay nada de interés. Después se acercan al cobertizo. Cerca de él se encuentra un montón de madera y un viejo tocón mellado y cortado con un hacha oxidada de doble hoja clavada en él. Cuando el grupo se aproxima al cobertizo, perciben el re­pugnante olor a podrido y a humedad que emana del interior. El tejado de la estructura está prácticamente echado a perder. Para entrar, deben romper las puertas con el hacha. Dentro hay una mezcla de viejas vigas y guijarros, cubier­tos de hierbas y otras plantas. En el centro de este amplio es­pacio, abierto a las estrellas, se eleva un poste de madera plan­tado bastante antes de que el tejado se cayese. Anclado a él hay un espejo oval de bronce de más de un metro de alto, y medio metro de ancho en su punto máximo.

La paranoia del grupo se dispara con este espejo ¿Tendrá alguna utilidad demoniaca? ¿Por qué es el único objeto del granero? ¿Cuál es su cometido? ¿Será peligroso acercarse? ¿Deberían romperlo? (N. del G.: Mientras no salga el sol, este espejo mágico concede la visión de los Dioses exteriores o su influencia, según prefiera el contemplador. Para sintonizar la visión del cristal y, por ello, poder mirar y escuchar a través de él, el contemplador debe concentrarse por algún motivo en el espejo, lo cual implica que no todos los espectadores que tengan a la vista el cristal pueden ver algo, sólo a los contempladores en sintonía con el cristal les es otorgada la visión deseada. Sin embargo, esta sintonización puede hacerse inconscientemente.) Finalmente Brat Morgan se acerca a examinarlo temerosamente. Las partes de arriba y la de debajo de su parte frontal están formadas por unos relieves barrocos que imitan unas fauces abiertas con unos colmillos de forma extravagante. A lo largo del centro de cada lado se encuentra la misma palabra, Ferenczy, disimulada entre tiras que resaltan las esquinas de las fauces abiertas. (Edito 21-5-2010: Según la Enciclopedia de los Mitos de Cthulhu, Ferenczy es una "familia que habitó durante siglos en una fortaleza de Halmagiu, una región de Transilvania. Las leyendas sobre los crueles abusos de esta familia, en especial los de Faethor y Janos Ferenczy, aún perviven en la zona. Después de que muriera el último Ferenczy, el castillo fue abandonado. Cientos de años después, otro hombre tomó posesión del castillo, asegurando ser el descendiente directo de los Ferenczy. Así comenzó una nueva estirpe de barones que duró al menos doscientos años y que fue tan infame como la anterior. El último barón Ferenczy estaba a punto de ser citado por el gobierno rumano para que diera cuenta de sus actos cuando una explosión arrasó el castillo." Aquí dejo estos datos porque en la aventura no se dice nada al respecto, y recuerdo que cuando la dirigí no supe qué decirles a los jugadores.) Brat se llena inmediatamente de pa­vor y presentimientos, y siente escalofríos recorriendo su columna vertebral, por lo que finalmente se aleja del espejo (N. del G.: Sin llegar a sintonizarlo, por suerte para él. En ese momento pedí la tirada para la sintonización, que Adrián falló estrepitosamente. Esto no lo sabían los jugadores claro, que sospechaban que Brat podría estar maldito a partir de entonces, o ser poseído por Gammell, o vete a saber qué. Esto, por supuesto, sólo eran tonterías, pero me hicieron mucha gracia. Tras una viva polémica, finalmente los jugadores decidieron destruir el espejo, eso sí, a distancia y con armas de fuego, para que si se desataba el desastre al menos les cogiese algo lejos. La parte del espejo fue bastante divertida).

Por último queda la casa. Cuando se acercan repa­ran en algunos tablones nuevos desperdigados cerca de la puerta principal, con los clavos brillantes metidos. Junto a la puerta abierta hay una pancarta de cartón blanco que ha sido arrancada y hecha trizas. Es un letrero en el que la Junta de Sanidad Pública declara inhabitable la vivienda. La fecha del letrero es de un par de días después de la muerte de Gammell. El grupo llega a la con­clusión de que la puerta había sido clausurada, pero que al­guien ha arrancado los tablones que hay tirados a un lado. ¡Alguien ha estado aquí más recientemente que la Junta de Sanidad Pública! ¿Seguirá aquí?

Por si hubiera alguien dentro de la casa y para evitar más enfrentamientos macabros, los investigadores deciden dejar un walky-talky con el botón de transmisión activado escondido junto a la puerta de la casa, y van a ocultarse a los coches con otro walky-talky encendido en ese canal para recibir todo lo que pase allí, lejos del peligro. Tras agurardar unas horas, cuando ya es de noche, deciden marcharse y volver más adelante.

Ya de día, los investigadores vuelven, pero la batería del Walky-Talky se ha gastado así que ya no reciben nada. Tras discutir lo que hacer, y probar a escuchar más tiempo, finalmente deciden armarse de valor y registrar la antigua casa de Gammell.

La principal habitación de la casa tiene las paredes desnudas, el suelo embarrado, telarañas y un intenso olor a humedad en el aire. Los muebles son escasos y mugrientos. En el centro de la habitación hay una silla rota. En la esquina de la izquierda, se ha montado toscamente una mesa, poniendo un trozo de puerta sobre dos columnas de ladrillos. Al lado de esta mesa improvisada, hay una silla de madera. Sobre la mesa hay unos recortes de periódicos recientes. Varios tratan de la desapari­ción de Lisa Anderson y uno de la muerte de Gammell. ¡Alguien ha estado allí recientemente! Por suerte no se cruzaron con quien quiera que fuera. (N. del G.: fue Gammell, con los cuerpos de Lisa Anderson y Ralph Morgan.) Además hay un bloc en blanco; se dan cuenta de que hay unas señales te­nues de palabras marcadas en el papel. Al rozar suavemente con un lápiz la superficie de la hoja, descubren lo que fue escrito en la página de encima:
"¿Peter P. K.? Aquí tres de cuatro son encontrados. Aquí uno del oeste y aquí tres forman el marco mágico, adiós, debería vivir eternamente. Una casa de convalecencia, la más próxima a la anterior... ¿Kinsey? ¡No!
Peter tiene una visión artística, un corazón de poeta y unos riñones de dios. Kersey, sí. Kersey.
En la segunda sala de curación descansa el pintor, el tercero, como el cuarto vino del oeste, hace tres días. Lisa y Ralph... Michael, el oscuro, viene del sol poniente.
Peter duerme en la enfermería."

Las puertas conectan la sala de estar con la cocina y un dormitorio. La cocina es pequeña, mugrienta y huele a basura, leche cortada y carne podrida. No tiene ni fregadero, ni nevera, ni ningún aparato típico de una cocina moderna. El agua está cortada. Una mesa grande rebosa de alimentos a medio comer, envoltorios de co­mida rápida, platos rotos y latas vacías. Hay enjambres de moscas zumbando y aglomeraciones de gusanos alimentándo­se de los desperdicios.

El dormitorio es una pequeña habitación que en una de sus esquinas, en el suelo, tiene un colchón rasgado y sucio. El resto de la habitación parece vacía, pero se dan cuenta de que una zona del suelo de madera está más limpia que el resto, sucio y embarrado. Esta parte más limpia está cerca del colchón y es la tapa de un compartimento secreto en el suelo, dentro del cual hay un pequeño libro encuadernado en piel, un viejo álbum de fotos y un rollo de pergamino que parece muy antiguo.

El pequeño libro es el diario de Jedediah Gammell:
"Después de mi gran fracaso en la Misa de Todos los Santos, mi señor oscuro revocó con toda justicia el don de la vida eterna que me había concedido. Después de aquello, cada año que pasa se multiplica mi edad. He tenido que verter mucha sangre para que el Hombre Negro me permitiera volver a servirle. A cambio, me ha otorgado un antiguo hechizo egipcio. Mediante él, un sirviente fiel podría ocultarse en unos recipientes grandes o en rincones encantados y vivir más allá de la vida. Los sacerdotes de Nephren-Ka se hicieron de este modo insensibles a las heridas de la lanza y la espada y no conocieron la enfermedad. Mi proyecto depende de determinadas maravillas de esta época, de las que yo he tomado conciencia recientemente.
Debo encantar cuatro órganos de mi cuerpo en decadencia y prepararlo todo para donarlos. Mi voluntad dominará a aquéllos que los reciban. Después de reunir a todos aquéllos a los que controlo, combinaré sus poderes y recuperaré la vida eterna, una vida más segura que la anterior.
Para llevar a cabo esto necesito la ayuda de un doctor sumiso, ya que no sólo los órganos, sino también mi cerebro debe ser cuidadosamente conservado. Si el cerebro se pierde, entonces todas las conexiones entre espíritu y cuerpo se cortarán y caeré en el vacío infinito."

El álbum contiene cartas, fotos y recuerdos personales de la vida de Gammell, antinaturalmente larga. La foto más anti­gua es de 1862 y muestra a Gammell con el uniforme de la Unión. Lleva galones de capitán y posa con la unidad de fusileros de Maine. En la fotografía más reciente Gammell parece sólo un poco más mayor que en 1862 y posa con un grupo de ocho hombres y dos mujeres (N. del G.: que son los diez miembros del culto que murieron durante la intervención policial de la que escapó Gammell.)

El pergamino está formado por unos papiros quebradizos y atados con una cinta, que Brat determina como realmente antiguos, de la Tercera Dinas­tía de Egipto. El papiro se encuentra sorprendentemente bien conservado para su antigüedad.

Con las nuevas revelaciones, tan sorprendentes como demoledoras, el grupo abandona rápidamente el lugar para decidir cómo seguir con la investigación.



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