LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP - CC- 5a6.08
LUNA LLENA EN EL CASTILLO PLUM
Miguel Ángel (1).....Josefina Pérez...........Ocultista
Lvis (7).................John Fraxon...............Científico químico
Al día siguiente aprovechan para dormir (ahora que no hay aullidos); Fraxon se despierta antes y va a Derby a recoger las balas de plata. No hacen gran cosa durante el día.
Al atardecer, se acercan al Castillo Plum. Esperan la noche en las inmediaciones y como era de prever, con la luna llena comienzan los aullidos. Éstos parecen venir de algún lugar en el subsuelo...
Tras colarse en el castillo, se encaminan a la ciudadela para ver que las luces de la biblioteca siguen encendidas. Mirando por la ventana pueden observar a Sir Arthur y a Lawrence sentados y sin hablar, con caras bastante largas y adustas. Obviamente están pasando un muy mal rato, y parecen esperar a algo.
Finalmente, los investigadores deciden llamar a la puerta lateral que da a la biblioteca; mientras uno llama el otro ve por la ventana que los Vane salen apresuradamente de la habitación. (N. del G.: a coger las escopetas y la llave de las mazmorras para capturar a los intrusos sin que revelen su secreto). Los investigadores aprovechan para ir a la otra puerta lateral y colarse en el salón. Aquí dentro los aullidos son aún más potentes y terroríficos, y vienen de abajo, de lo que se deduce que sea lo que sea está en el sótano o en las mazmorras del castillo.
Con las armas prestas, los investigadores cruzan el salón en la penumbra de la luna llena y llegan a la cocina, de donde salen unas escaleras que bajan a la bodega; aquí hay otras escaleras que dan a una puerta de hierro muy pesada. Es lógicamente la puerta a las mazmorras, y el ser que profiere los aullidos está encerrado en ellas. Sin embargo, no hay llave de la puerta y no pueden forzarla. De todas formas ya saben de dónde vienen los aullidos (N. del G.: que se oyen en el pueblo por los túneles abandonados de las antiguas minas de plomo, que transmiten el sonido) y sería mejor no cruzarse con tan terrible criatura.
Con los pelos de punta, desandan sus pasos primero hasta la bodega y luego hasta la cocina. Al salir al salón, se topan con las bocas de las escopetas de Sir Arthur y de Lawrence: “¡La matarán! ¡Nadie debe saberlo! ¡¡Por Dios, es mi hija!!” Grita desesperado Sir Arthur “Antes de que la matéis os mataremos a vosotros”. Los investigadores se lanzan a explicar (con un nudo en la garganta) que podría haber formas pacíficas de solucionar esto. Podrían investigar una posible forma de curar a Eloísa; Pérez es ocultista, y Fraxon tiene contactos en Cambridge para investigar en la biblioteca de la Universidad.
Al atardecer, se acercan al Castillo Plum. Esperan la noche en las inmediaciones y como era de prever, con la luna llena comienzan los aullidos. Éstos parecen venir de algún lugar en el subsuelo...
Tras colarse en el castillo, se encaminan a la ciudadela para ver que las luces de la biblioteca siguen encendidas. Mirando por la ventana pueden observar a Sir Arthur y a Lawrence sentados y sin hablar, con caras bastante largas y adustas. Obviamente están pasando un muy mal rato, y parecen esperar a algo.
Finalmente, los investigadores deciden llamar a la puerta lateral que da a la biblioteca; mientras uno llama el otro ve por la ventana que los Vane salen apresuradamente de la habitación. (N. del G.: a coger las escopetas y la llave de las mazmorras para capturar a los intrusos sin que revelen su secreto). Los investigadores aprovechan para ir a la otra puerta lateral y colarse en el salón. Aquí dentro los aullidos son aún más potentes y terroríficos, y vienen de abajo, de lo que se deduce que sea lo que sea está en el sótano o en las mazmorras del castillo.
Con las armas prestas, los investigadores cruzan el salón en la penumbra de la luna llena y llegan a la cocina, de donde salen unas escaleras que bajan a la bodega; aquí hay otras escaleras que dan a una puerta de hierro muy pesada. Es lógicamente la puerta a las mazmorras, y el ser que profiere los aullidos está encerrado en ellas. Sin embargo, no hay llave de la puerta y no pueden forzarla. De todas formas ya saben de dónde vienen los aullidos (N. del G.: que se oyen en el pueblo por los túneles abandonados de las antiguas minas de plomo, que transmiten el sonido) y sería mejor no cruzarse con tan terrible criatura.
Con los pelos de punta, desandan sus pasos primero hasta la bodega y luego hasta la cocina. Al salir al salón, se topan con las bocas de las escopetas de Sir Arthur y de Lawrence: “¡La matarán! ¡Nadie debe saberlo! ¡¡Por Dios, es mi hija!!” Grita desesperado Sir Arthur “Antes de que la matéis os mataremos a vosotros”. Los investigadores se lanzan a explicar (con un nudo en la garganta) que podría haber formas pacíficas de solucionar esto. Podrían investigar una posible forma de curar a Eloísa; Pérez es ocultista, y Fraxon tiene contactos en Cambridge para investigar en la biblioteca de la Universidad.
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