LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP - CC- 5a6.09
LA MALDICIÓN DE LOS VANE
Miguel Ángel (1).....Josefina Pérez...........Ocultista
Lvis (7).................John Fraxon...............Científico químico
Cuando consiguen convencerles de que serían de más ayuda vivos, los investigadores se enteran de lo realmente ocurrido: Sir Arthur Vane es un caballero de provincias, de 67 años, dotado de un gran orgullo. Su apuesto hijo Lawrence tiene 23 años y tampoco le falta orgullo. Acaba de llegar de Oxford, donde ha estudiado una carrera. Dado que el monstruo realizó su primer ataque poco después de la llegada de Lawrence algunos del pueblo piensan, como Corty, que Lawrence es el criminal. Sin embargo, en realidad se trata de Eloísa, la hermana de Lawrence quien, sin saberlo, ha heredado la maldición de los Vane y sufre de licantropía las noches de luna llena. La historia, que se remonta a varias generaciones atrás, cuenta que Lady Evangeline Vane hizo arder a una joven bruja en la hoguera. Por la muerte de la chica, su madre puso la marca de la bestia en todas las hijas de los Vane. Durante siglos, cuando una Vane descendiente por línea directa de la rama original alcanza los 21 años se manifiesta en ella la licantropía. La familia ha mantenido el asunto en secreto, manteniendo encerradas a sus mujeres las noches de luna llena o bien matando al nacer a las hijas. Sin embargo, durante las últimas cuatro generaciones no han nacido hijas y la maldición ha sido olvidada. Ahora el mal resurge y Sir Arthur, que ha conseguido recolectar lo suficiente de los anales de la familia como para comprender algo de lo que está pasando, ha mostrado esa información a Lawrence. Tom Corty vio a Lawrence cuando el osado joven buscaba a su hermana.
Tras la muerte de las dos víctimas, el vicario Jeremy Stratton (buen amigo de Sir Arthur) empezó a traducir un antiguo diario escrito por uno de sus antecesores en la vicaría, muerto hace mucho tiempo. Parte del diario está en Inglés, pero hay otra en Griego clásico que es curiosamente la que habla de la maldición de la familia Vane. Los conocimientos de Griego de Jeremy no son demasiado extensos por lo que le está costando horrores la traducción. De momento se ha enterado de que algo extraño les sucede a las mujeres de la familia Vane el día de su 21 cumpleaños y es lo suficientemente inteligente para ligar eso con el monstruo. No quiere arruinar su vida ni alimentar los recelos de los del pueblo respecto a los Vane, por lo que no ha explicado a nadie por qué pasaba sus noches estudiando en la iglesia desde que empezaron los ataques. Jeremy espera encontrar una manera de eliminar la maldición en ese libro.
Los investigadores se ponen en acción, y contratan a un traductor de griego de Cambridge para que venga rápida y discretamente al castillo (para evitar los rumores del tipo “¡visitantes en Lesser Edale!”) y resuelva la traducción. También mandan cartas y telegramas a sus contactos para que revisen las secciones de ocultismo de grandes bibliotecas, incluso visitan Londres en persona para buscar ellos mismos. Finalmente, y para disgusto de los Vane, no encuentran ninguna forma de erradicar la maldición que pesa sobre su familia; sólo un consuelo: al contrario de otros casos mencionados en ciertos volúmenes de Ciencias Ocultas, la maldición es claramente de naturaleza mágica y sus efectos no se transmiten por la mordedura.
Lo único que pueden hacer los Vane es mantener encerrada y amordazada a Eloísa, a ser posible con barrotes y grilletes de plata, y rezando para que nunca consiga escaparse. Esta solución no convence demasiado ni a los investigadores, ni a los Vane, ni a Jeremy Stratton, que son los únicos que conocen el secreto; pero poco más se puede hacer si no se quiere dañar a Eloísa.
Y ciertas noches de luna llena, si fueran espiados por un observador casual e ignorante, éste vería cómo los Vane drogan y amordazan a su pobre, encantadora e inocente familiar, sin duda con algún propósito siniestro, según él...
Tras la muerte de las dos víctimas, el vicario Jeremy Stratton (buen amigo de Sir Arthur) empezó a traducir un antiguo diario escrito por uno de sus antecesores en la vicaría, muerto hace mucho tiempo. Parte del diario está en Inglés, pero hay otra en Griego clásico que es curiosamente la que habla de la maldición de la familia Vane. Los conocimientos de Griego de Jeremy no son demasiado extensos por lo que le está costando horrores la traducción. De momento se ha enterado de que algo extraño les sucede a las mujeres de la familia Vane el día de su 21 cumpleaños y es lo suficientemente inteligente para ligar eso con el monstruo. No quiere arruinar su vida ni alimentar los recelos de los del pueblo respecto a los Vane, por lo que no ha explicado a nadie por qué pasaba sus noches estudiando en la iglesia desde que empezaron los ataques. Jeremy espera encontrar una manera de eliminar la maldición en ese libro.
Los investigadores se ponen en acción, y contratan a un traductor de griego de Cambridge para que venga rápida y discretamente al castillo (para evitar los rumores del tipo “¡visitantes en Lesser Edale!”) y resuelva la traducción. También mandan cartas y telegramas a sus contactos para que revisen las secciones de ocultismo de grandes bibliotecas, incluso visitan Londres en persona para buscar ellos mismos. Finalmente, y para disgusto de los Vane, no encuentran ninguna forma de erradicar la maldición que pesa sobre su familia; sólo un consuelo: al contrario de otros casos mencionados en ciertos volúmenes de Ciencias Ocultas, la maldición es claramente de naturaleza mágica y sus efectos no se transmiten por la mordedura.
Lo único que pueden hacer los Vane es mantener encerrada y amordazada a Eloísa, a ser posible con barrotes y grilletes de plata, y rezando para que nunca consiga escaparse. Esta solución no convence demasiado ni a los investigadores, ni a los Vane, ni a Jeremy Stratton, que son los únicos que conocen el secreto; pero poco más se puede hacer si no se quiere dañar a Eloísa.
Y ciertas noches de luna llena, si fueran espiados por un observador casual e ignorante, éste vería cómo los Vane drogan y amordazan a su pobre, encantadora e inocente familiar, sin duda con algún propósito siniestro, según él...
Eloísa en uno de sus paseos nocturnos por el Valle del Derwent
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