LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP - CC- 5a6.06

¡¿EXTRANJEROS EN LESSER EDALE?!

Miguel Ángel (1).....Josefina Pérez...........Ocultista
Lvis (7).................John Fraxon...............Científico químico


La tarde es algo lluviosa por lo que la mayoría de los locales se han reunido en el bar. La atmósfera es amigable y curiosa puesto que no es muy normal ver turistas por allí, y mucho menos extranjeros. Los intrigados habitantes dialogan con los investigadores sobre temas superficiales, mientras se toman una pínta de bitter (N. del G.: una pinta es algo más de medio litro y la bitter es un tipo de cerveza). Ninguno de los locales conoce a Sofía Wells... de hecho ellos son los primeros visitantes extranjeros que tienen en mucho tiempo.
Tras un buen rato de chanza, aparece por allí el policía local, Tumwell, que es un hombre de aspecto seguro aunque no extraordinariamente competente. El agua de la persistente lluvia le ha humedecido un poco las puntas del mostacho. Pérez le dice que iba a visitarle para avisar de su llegada, y que están buscando alojamiento. Tumwell les ofrece su casa, que tiene habitaciones libres (N. del G.: y en donde podrá vigilar a Pérez) y los investigadores aceptan.



El Agente Tumwell


De camino a la casa del policía local, se van cruzando con curiosos viandantes que murmullan a su paso. Alguno de ellos incluso para a Tumwell para saludar, y de paso para cotillear sobre los visitantes. Ya lejos de la lluvia y de oídos indiscretos, los investigadores sacan a colación el tema del “monstruo” mencionado en el Scoop. Tumwell afirma que los ataques fueron hechos por un perro asilvestrado que cree haber herido de muerte con su escopeta el día del tercer asalto. “Se fue a morir a las colinas. Desde entonces no ha vuelto a molestar, gracias a Dios.
Todavía les queda bastante día por delante, y deciden visitar la iglesia del pueblo. A la entrada se topan con Sara Bright, que es una anciana que al parecer cuida la casa del reverendo. Sorprendida por toparse con los visitantes, comienza a preguntarles (de forma bastante agotadora). Para divertirse, Pérez afirma que ella no es sudamericana, sino que es de Portugal (y cada vez que vuelva a cruzársela seguirá tomándole el pelo). Aprovechando la confusión de la anciana cruzan corriendo el umbral para hablar con el sacerdote.
Se encuentran al anciano reverendo leyendo un polvoriento volumen; se presenta como Jeremy Stratton, vicario de Lesser Edale. Se interesa por la visita de los investigadores (aunque de forma mucho más ligera y cortés) quienes le dicen que tienen curiosidad por el “monstruo” del que se hablaba en el Scoop. El reverendo se muestra bastante escéptico, y se revela además como un erudito en temas de folclore local. Dice que sin duda se trata de un perro asilvestrado de alguna de las poblaciones vecinas, que ha provocado estos terribles sucesos. Los investigadores le preguntan, aprovechando sus conocimientos, si el folclore local recoge historias similares, y el reverendo responde afirmativamente: “pero esto no es extraño, este tipo de historias se da en todas partes; tomen como ejemplo si quieren el famoso caso de la bestia de Gévaudan, que se dio bien lejos de aquí: Entre 1764 y 1767, más de 120 personas, mujeres y niños, casi en exclusiva, fueron horriblemente asesinados –a dentelladas– por una bestia misteriosa. Todo esto ocurrió en la región montañosa del Gévaudan, en el centro de Francia, y nadie logró resolver el enigma a pesar de las insistentes batidas y de las inmensas recompensas que ofrecía el Rey.



El vicario Jeremy Stratton


Los investigadores le preguntan por la iglesia, sorprendidos de que sea tan nueva; el reverendo les explica que “fue construida junto a los restos de otra de la era isabelina, que ardió accidentalmente en 1906, poco después de llegar yo a ocupar la plaza de vicario.
Los investigadores le piden información sobre el castillo en lo alto del risco, y quién lo habitaba. El reverendo sonríe y les dice que “a pesar de su mal estado, sigue habitado por la familia Vane, que consta de tres miembros actualmente: Sir Arthur y sus hijos Lawrence (que volvió recientemente tras estudiar en Oxford) y la bella Eloísa; la esposa de Sir Arthur hace mucho que murió. La familia Vane lleva en el valle casi siete siglos, aunque recibió su título en tiempos de Carlos II, como recompensa al hábil manejo por parte de Sir Wellington Vane de ciertas indiscreciones reales. La familia vive en la ciudadela del castillo, el Castillo Plum; el rumor habitual es que el castillo recibe su nombre (N. del G.: “plum” es “ciruela” en inglés) a causa de que cayó en manos de Eduardo III como una ciruela madura cuando el barón que lo defendía olvidó atrancar la puerta. En realidad, el castillo defendía las importantes minas de plomo de la zona, y de ahí su nombre inicial de “plumbum”, “plomo” en Latín, que los locales han ido acortando con los años.
Con curiosidad, Pérez pregunta si es posible que los Vane actuales estén emparentados con los Carlyle de EE.UU. (recordando que el nombre completo de Roger es “Roger Vane Worthington Carlyle”). Entonces el vicario les invita a pasar a su sacristía, que está repleta de antiguos volúmenes, algunos de ellos en Latín y Griego. Los investigadores aprovechan para curiosear en busca de posibles indicios de sospecha, pero no ven nada raro (N. del G.: una pena, porque era la oportunidad de enterarse de que el reverendo pertenece a la “Orden del Druida Dorado”, una sociedad que realmente ni tiene nada que ver con los Mitos ni tiene nada de siniestro, pero que habría aumentado todavía más su paranoia para mi deleite). Tras investigar concienzudamente entre registros mohosos y árboles familiares, el reverendo les informa de que sí hay parentesco: “Un tal Abner Vane Carel, un criminal que fue enviado a las colonias en 1714 y cuya familia llegó a convertirse, con el paso de los años, en los ricos y poderosos Carlyle de Massachusetts y Nueva Cork, era hijo ilegítimo de Sir Joshua Vane, un hombre que por lo demás carecía de otros vicios notorios. Por tanto, Roger Carlyle es un primo lejano de los Vane de la actualidad.” (N. del G.: al menos aquí si conseguí aumentar la paranoia; de nuevo, esto no es más que una feliz coincidencia).
Todavía les queda algo de tiempo y tras despedirse del amable vicario hacen una visita a La Mercantil Moderna Pitchlock, la tienda local, a ver qué clase de suministros pueden conseguir. Para su sorpresa se topan con Lawrence Vane, quien les dice alegremente que a veces baja a hacer la compra personalmente para estirar las piernas y ver el paisaje. Cuando se entera de que Fraxon estudió en Cambridge, como buen chico de Oxford le lanza unas cuantas pullas, a las que Fraxon replica hábilmente (N. del G.: existe cierta rivalidad tradicional entre los estudiantes de Oxford y Cambridge, en particular en las competiciones de remo). Antes de despedirse de forma altiva, Lawrence les da permiso para pedir audiencia a sus sirvientes y visitar el Castillo Plum. A su marcha los investigadores interrogan al dependiente sobre los suministros habituales de Lawrence, y no encuentran que haya nada sospechoso.



Lawrence Vane


Ya está atardeciendo y deciden volver a la casa de Tumwell a descansar un poco. Los investigadores no pueden pegar ojo durante la noche por culpa de unos siniestros aullidos que se oyen en las inmediaciones. Una pena, porque es una preciosa noche de luna llena...


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