Crear Talismán Rojo (*P)

-V, S, M- Cuesta 1 punto de POD y 1D6 puntos de COR crear un Talismán Rojo. Consiste en un triángulo equilátero de cuero rojo, de unos 10 centímetros de lado. En el centro se perforan tres agujeros redondos de unos 2 cm. de radio, tan cerca los unos de los otros que casi se tocan. En el lado externo de cada círculo hay un dibujo negro en forma de V que apunta al cen­tro del triángulo. El brujo se concentra en una víctima en particular al crear el talismán.

Los talismanes atraen al Demonio negro hacia la víctima. Una vez la víctima haya tocado el talismán, es seguro que el demonio la encontrará. Si el talismán se tira a la basura o se deja olvidado, o incluso si es destruido, la magia hace que vuelva a aparecer intacto dentro de un bolsillo o de un cajón cercano.

A medida que el Demonio negro se va acercando a la víc­tima, el talismán va perdiendo lentamente su color rojo san­gre, pasando a ser negro como el carbón. Cuando el talismán es totalmente negro, el demonio ataca.

El Demonio negro tiene un pelaje de color negro, un hocico parecido al de un cerdo, ojos que emiten una luz verde y las garras y colmillos de un depredador. No le gusta la luz, aunque su exposición a la misma no le causa ningún daño. Como las armas ordinarias y el daño físico no le pueden matar, una de sus tácticas favoritas consiste en saltar a través de una ven­tana para sorprender a su presa. Como sólo se mueve a la misma velocidad que un ser humano, una víctima afortunada podrá escapar de ella. Sin embargo, volverá una y otra noche hasta que consiga matar a su víctima. Al igual que el talis­mán que le atrae, el Demonio negro puede reaparecer en un lugar nuevo, lejano al anterior, para poder cumplir su misión. Esto es posible gracias a que el talismán le atrae y a que puede reaparecer una y otra vez. Es posible que la mayoría de sus víctimas enloquezcan primero y luego sean asesinadas.

Si más de un personaje está en ese momento en la misma habitación, el Demonio negro siempre atacará al investigador que abrió la puerta. Una vez la víctima haya muerto, el demonio atacará a todos los que estén a su alcance. A pesar de todo, se marchará a los pocos minutos y es lo bas­tante estúpido como para atacar sólo a aquellas víctimas que se estén moviendo. Cuando la víctima inicial haya muer­to y el demonio no perciba ningún otro movimiento, se sumer­girá de inmediato en las sombras de las que surgió y desa­parecerá.

El demonio ataca por medio de sus colmillos y sus garras, matando y descuartizando una víctima de forma sistemática antes de ir a por la siguiente. Cualquier ataque físico hace que cambie de víctima, por lo que los investigadores más valien­tes siempre podrán hacer que el demonio se fije en ellos cuan­do quieran.

Cada vez que se usa el talismán aumenta en un 5% la probabilidad de que el demonio se rebele y mate al que le está dando órdenes. Puede volver al lugar de donde procede si consigue matar a la persona que le ha convocado. También es posible expulsarle por medio del hechizo apropiado, o si se le reduce a 0 puntos de Vida.

Los estudiosos de los Mitos a veces confunden al Demonio negro con otro avatar parecido (pero más poderoso) de Nyarlathotep: el Demonio oscuro.

El Demonio oscuro es un ser más inteligente que tiene un aspecto exterior similar, pero también una inteligencia y una maldad más intensas.

Las características del demonio negro son:
FUE 21, CON 19, TAM 19, INT 6, POD 20, DES 15, PV 19, Movimiento 8.
Armadura: Ninguna, pero las armas no le pueden hacer nin­gún daño, a no ser que sean armas mágicas. Si se le deja a 0 puntos de Vida no muere, sino que es expulsado hasta que se le vuelva a convocar.
Ataques: Garra 30%, 1D8+1D6 puntos de daño, Mordisco 25%, 1D4+1D6 puntos de daño
Habilidades: Discreción 90%, Escuchar 70%, Nadar 50%, Ocultarse 80%, Seguir rastros 99%, Trepar 20%.
Hechizos: ninguno.
COR: ver al Demonio negro supone la pérdida de 1D10/1D100 puntos de COR.