LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 4.00
CAPÍTULO IV: NAIROBI
NAIROBI Y ALREDEDORES
Cuando transcurre la aventura, Nairobi es un pueblo colonial de reciente creación, y cuenta con unos 8000 habitantes. Justo más allá de la ciudad se encuentra el Monte Kinangop y la cordillera de Aberdare: el Monte Kenia se alza algo más hacia el Norte y el Este. La ciudad fue fundada en 1900 como un apeadero del ferrocarril antes de las montañas, el último lugar en el que se podían hacer cambios de vía. Con una elevación de más de 2000 m. sobre el nivel del mar, la región es relativamente fresca y seca, los paisajes son soberbios, el agua es adecuada y el suelo excelente para cultivar. Los europeos, que se consumían en el clima húmedo de Mombasa, se dieron cuenta rápidamente de las ventajas y corrieron la voz.
Hasta 1920, la denominación oficial de Kenia era “Protectorado Británico de África Oriental” pero cuando llegan allí los investigadores tiene ya el estatus de colonia y ya ha adoptado el nombre de Kenia, se autogobierna en muchos temas aunque aún depende de la Corona para la mayor parte de temas de Exteriores y relacionados con la Commonwealth (supongo a los lectores familiarizados con la ya casi extinta comunidad británica de naciones, eufemismo inventado por los británicos para seguir explotando a sus antiguas colonias aún después de haberse éstas independizado). La guarnición del país la componen unos dos batallones de tropas regulares británicas, algo por debajo de su complemento de tropa normal y un millar de policías paramilitares, la mayoría negros e hindús al mando de oficiales británicos.
El Nairobi ficticio que se presenta en este escenario no se parece en nada a la moderna ciudad de casi 3.000.000 habitantes de la actualidad.
En el momento de la aventura, Nairobi se divide en distritos, situación normal en las colonias de los países europeos y también en las antiguas colonias de éstos, como los EE.UU. Nairobi tiene tres distritos, uno para blancos, otro para negros y otro para “morenos”, con divisiones que se mantienen rígidamente. Los despachos, hoteles, clubes, etc. están marcados como SOLO PARA BLANCOS mientras que en las oficinas administrativas como juzgados, etc. hay entradas separadas. Hay cárceles para cada uno de los distritos. Los lavabos en la estación de ferrocarril están enfáticamente separados. Los blancos a los que les guste pasear por los suburbios pueden hacerlo con impunidad mientras que los negros y negras que se encuentren en áreas blancas sin motivo pueden ser expulsados incluso de forma violenta.
Más allá de las ciudades y de las plantaciones propiedad de los blancos, la vida de los negros africanos continúa como hace siglos. Las culturas tribales son estables y están bien adaptadas al terreno: la mayoría de la gente es amable, curiosa y muestra sus emociones abiertamente y sin reservas. Ciertamente no son salvajes. Los primeros “exploradores” europeos pudieron viajar libremente de un poblado a otro del interior sin ningún problema, siendo agasajados con fiestas en la mayoría de ellos, y muchos de estos periodistas-exploradores encontraron pocos motivos para el descontento.
En Nairobi se habla normalmente el Inglés pero fuera de allí y de algunos otros lugares, la mayor parle de los negros lo hablan poco o nada. El idioma común de África Occidental es el Swahili, una lengua de comercio estructurada como el Bantú y con un vocabulario predominantemente árabe (los árabes controlaron el comercio costero y oceánico durante la mayor parte del pasado milenio). El Swahili está bien desarrollado y se parece más al Inglés de los siglos XII al XV en su flexibilidad y sutileza que por ejemplo al Pidgin del Pacífico Occidental.
Aunque cada grupo tribal importante posee su propio idioma, quien hable Swahili tiene pocos problemas para hacerse entender en cualquier lugar de Kenia.
La parte más importante de la población la constituye la tribu Kikuyu, que es de habla Bantú. Segundos en número son los Luos, que representan a las tribus originarias del Nilo, y rivales de los Kikuyu. El tercer grupo demográficamente hablando son los Somalíes pero éstos son un grupo Hamítico cuyos territorios tradicionales se hallan al este de las tierras altas donde transcurre este capítulo. Los nómadas Nilo-Hamitas, un cuarto grupo, incluye a los Masai y a los Kipsigi. Los belicosos Nandi, que también son originarios del Nilo se opusieron violentamente al trazado del ferrocarril de Uganda por lo cual fueron diezmados.
Cuando transcurre la aventura, Nairobi es un pueblo colonial de reciente creación, y cuenta con unos 8000 habitantes. Justo más allá de la ciudad se encuentra el Monte Kinangop y la cordillera de Aberdare: el Monte Kenia se alza algo más hacia el Norte y el Este. La ciudad fue fundada en 1900 como un apeadero del ferrocarril antes de las montañas, el último lugar en el que se podían hacer cambios de vía. Con una elevación de más de 2000 m. sobre el nivel del mar, la región es relativamente fresca y seca, los paisajes son soberbios, el agua es adecuada y el suelo excelente para cultivar. Los europeos, que se consumían en el clima húmedo de Mombasa, se dieron cuenta rápidamente de las ventajas y corrieron la voz.
Hasta 1920, la denominación oficial de Kenia era “Protectorado Británico de África Oriental” pero cuando llegan allí los investigadores tiene ya el estatus de colonia y ya ha adoptado el nombre de Kenia, se autogobierna en muchos temas aunque aún depende de la Corona para la mayor parte de temas de Exteriores y relacionados con la Commonwealth (supongo a los lectores familiarizados con la ya casi extinta comunidad británica de naciones, eufemismo inventado por los británicos para seguir explotando a sus antiguas colonias aún después de haberse éstas independizado). La guarnición del país la componen unos dos batallones de tropas regulares británicas, algo por debajo de su complemento de tropa normal y un millar de policías paramilitares, la mayoría negros e hindús al mando de oficiales británicos.
El Nairobi ficticio que se presenta en este escenario no se parece en nada a la moderna ciudad de casi 3.000.000 habitantes de la actualidad.
En el momento de la aventura, Nairobi se divide en distritos, situación normal en las colonias de los países europeos y también en las antiguas colonias de éstos, como los EE.UU. Nairobi tiene tres distritos, uno para blancos, otro para negros y otro para “morenos”, con divisiones que se mantienen rígidamente. Los despachos, hoteles, clubes, etc. están marcados como SOLO PARA BLANCOS mientras que en las oficinas administrativas como juzgados, etc. hay entradas separadas. Hay cárceles para cada uno de los distritos. Los lavabos en la estación de ferrocarril están enfáticamente separados. Los blancos a los que les guste pasear por los suburbios pueden hacerlo con impunidad mientras que los negros y negras que se encuentren en áreas blancas sin motivo pueden ser expulsados incluso de forma violenta.
Más allá de las ciudades y de las plantaciones propiedad de los blancos, la vida de los negros africanos continúa como hace siglos. Las culturas tribales son estables y están bien adaptadas al terreno: la mayoría de la gente es amable, curiosa y muestra sus emociones abiertamente y sin reservas. Ciertamente no son salvajes. Los primeros “exploradores” europeos pudieron viajar libremente de un poblado a otro del interior sin ningún problema, siendo agasajados con fiestas en la mayoría de ellos, y muchos de estos periodistas-exploradores encontraron pocos motivos para el descontento.
En Nairobi se habla normalmente el Inglés pero fuera de allí y de algunos otros lugares, la mayor parle de los negros lo hablan poco o nada. El idioma común de África Occidental es el Swahili, una lengua de comercio estructurada como el Bantú y con un vocabulario predominantemente árabe (los árabes controlaron el comercio costero y oceánico durante la mayor parte del pasado milenio). El Swahili está bien desarrollado y se parece más al Inglés de los siglos XII al XV en su flexibilidad y sutileza que por ejemplo al Pidgin del Pacífico Occidental.
Aunque cada grupo tribal importante posee su propio idioma, quien hable Swahili tiene pocos problemas para hacerse entender en cualquier lugar de Kenia.
La parte más importante de la población la constituye la tribu Kikuyu, que es de habla Bantú. Segundos en número son los Luos, que representan a las tribus originarias del Nilo, y rivales de los Kikuyu. El tercer grupo demográficamente hablando son los Somalíes pero éstos son un grupo Hamítico cuyos territorios tradicionales se hallan al este de las tierras altas donde transcurre este capítulo. Los nómadas Nilo-Hamitas, un cuarto grupo, incluye a los Masai y a los Kipsigi. Los belicosos Nandi, que también son originarios del Nilo se opusieron violentamente al trazado del ferrocarril de Uganda por lo cual fueron diezmados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario