LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 4.01
EL STAR DE NAIROBI
Miguel Ángel (3).......James Curtnert.......Cazador
Pablo (1).................Jason Dallas...........Mercenario
Lvis (5)...................Edward Moore.........Misionero
Mientras los investigadores desayunan en la pérgola del hotel pasa a su lado un vendedor de periódicos (negro, 53 años) pregonando la última edición del Star de Nairobi, que es un diario en inglés de formato grande y de una sola página. Aunque el vendedor no sabe leer, jura y perjura que el Star es el mejor periódico del mundo, y lo dice con conocimiento de causa porque su propietaria y editora la señora Smythe-Forbes es una gran señora y una gran trabajadora a la cual ha tenido ocasión se servir desde hace diez años. Según afirma, la oficina está muy cerca y desde el hotel pueden verse las ventanas iluminadas. Hay que conceder que la historia del incendio del tren está bien presentada y no se puede acusar a quien la ha escrito de no saber que la conflagración la causaron los seres de fuego. Dado que es el único diario de Nairobi, el Star parece un buen sitio para iniciar las pesquisas.
N. del G.: Otros piensan lo mismo. Tandoor Singh vigila a los investigadores a través de unos prismáticos desde el segundo piso de su casa en el barrio “marrón” de la ciudad y cuando se deciden a dar un paseo hasta las oficinas del Star lanza otro ataque como el del tren para ver si, aunque no consiga matarles, sí consigue desacreditarles ante las autoridades. Uno o dos incendios más relacionados con ellos y la policía les detendrá, como mínimo por amenaza a la seguridad pública, expulsándolos de Kenia en el primer barco. Si los daños a las propiedades son extensos o incluso muere alguna persona les podrían encarcelar o juzgar por asesinato.
Sin embargo, en la pérgola hay demasiada gente (y demasiadas jarras de agua) para que el plan funcione. Por el contrario, las oficinas del Star es un lugar semiprivado y el papel arde bien. Por si fuera poco, el periódico ha aprobado estridentemente todas las medidas destinadas a reprimir la demoníaca religión de Singh por lo cual nada le complacería más que enviar unos cuantos seres de fuego al Star.
Cuando los investigadores van esa tarde al Star, que es un edificio de dimensiones moderadas, encuentran en su interior a Natalia Smythe-Forbes, junto con un tipógrafo y algunos impresores, preparando la edición del día siguiente. Natalia es una mujer vigorosa, de casi cincuenta años de edad. Le preocupan los temas políticos de Kenia pero, aunque en una persona de carácter amable, los temas de la población de color no le interesan lo más mínimo. Se ve atraída por Jason Dallas y no deja de insistir en llevarle de excursión (en coche de caballos) a ver las cataratas, el apareamiento de los elefantes, etc. Los investigadores (basándose en lo ocurrido a sus predecesores y en el reciente ataque en el tren) se muestran muy suspicaces a la hora de preguntar por la expedición Carlyle o por Jackson Elias. Finalmente, cuando le preguntan a la Sra. Smythe-Forbes, ésta es la información que obtienen:
LA LLEGADA DE LA EXPEDICIÓN CARLYLE: inicialmente pretendía ser un relajado safari en la región de la Gran Grieta aunque al poco de estar en Nairobi los miembros de la expedición empezaron a mencionar otra tapadera: un viaje al Oeste para confirmar datos recogidos en Egipto sobre los seguidores de un líder religioso que emigró hacia el Sur, hacia Kenia. En Nairobi, los miembros notables de la expedición residían en Hampton House, un hotel que es propiedad de Reggie Baynes (y quien lo ha dirigido siempre) desde antes de la Gran Guerra.
La expedición también tuvo tratos con el doctor Horace Starret y el Sr. Neville Jermyn. Hay una foto de partida en la que figuran un Sir Aubrey extraordinariamente rejuvenecido y una Hypatia Masters algo fondona (Moore piensa que podría estar embarazada).
EL DESCUBRIMIENTO DE LOS CUERPOS: los informes que llevaron a la patrulla hasta el lugar de la masacre proceden de Sam Mariga, un jardinero que trabaja en la estación del ferrocarril y que vive en la calle Charles. Sam visitaba a unos parientes en el poblado de Ndovu, situado en el bosque de Aberdare, cuando se enteró de que en cierta región había gran cantidad de cadáveres sin enterrar y de que era poco inteligente acercarse por allí. Dicha región se encuentra al Norte de Nairobi y a muchos kilómetros de distancia del valle de la Gran Grieta. El teniente Mark Selkirk, al mando de una escuadra de tropas nativas encontraron los restos y (según parece) a los autores de la matanza, administrando justicia rápidamente. Una foto muestra cinco cuerpos de nativos Nandi colgando de sendas cuerdas.
Según la Sra. Smythe-Forbes "Los de la expedición Carlyle eran todos gente muy rara y de aspecto enfermizo. La pobrecilla Hypatia estuvo mareada parte del tiempo, sobre todo por las mañanas, creo recordar. Sí, así es. A Carlyle le vi poco. Era un joven bastante nervioso, que bebía un poco. Y Sir Aubrey, aunque era atractivo y juvenil, tenía tratos con gente que no se correspondía con su alcurnia. Recuerdo en especial a un tal Tandoor Singh, un tipo bastante viscoso, que pasaba mucho tiempo en Hampton House. Un simple vendedor de té. Por cierto que aún está en Nairobi y a lo mejor quiere decirles de lo que hablaban aunque yo no querría saberlo. El médico, Huston, era muy estirado."
Recuerda a Jackson Elías como una persona de voluntad fuerte y genio rudo. Sugiere hablar con Roger Corydon en las Oficinas del Gobierno y con el capitán Montgomery de los Fusileros Reales.
N. del G.: Otros piensan lo mismo. Tandoor Singh vigila a los investigadores a través de unos prismáticos desde el segundo piso de su casa en el barrio “marrón” de la ciudad y cuando se deciden a dar un paseo hasta las oficinas del Star lanza otro ataque como el del tren para ver si, aunque no consiga matarles, sí consigue desacreditarles ante las autoridades. Uno o dos incendios más relacionados con ellos y la policía les detendrá, como mínimo por amenaza a la seguridad pública, expulsándolos de Kenia en el primer barco. Si los daños a las propiedades son extensos o incluso muere alguna persona les podrían encarcelar o juzgar por asesinato.
Sin embargo, en la pérgola hay demasiada gente (y demasiadas jarras de agua) para que el plan funcione. Por el contrario, las oficinas del Star es un lugar semiprivado y el papel arde bien. Por si fuera poco, el periódico ha aprobado estridentemente todas las medidas destinadas a reprimir la demoníaca religión de Singh por lo cual nada le complacería más que enviar unos cuantos seres de fuego al Star.
Cuando los investigadores van esa tarde al Star, que es un edificio de dimensiones moderadas, encuentran en su interior a Natalia Smythe-Forbes, junto con un tipógrafo y algunos impresores, preparando la edición del día siguiente. Natalia es una mujer vigorosa, de casi cincuenta años de edad. Le preocupan los temas políticos de Kenia pero, aunque en una persona de carácter amable, los temas de la población de color no le interesan lo más mínimo. Se ve atraída por Jason Dallas y no deja de insistir en llevarle de excursión (en coche de caballos) a ver las cataratas, el apareamiento de los elefantes, etc. Los investigadores (basándose en lo ocurrido a sus predecesores y en el reciente ataque en el tren) se muestran muy suspicaces a la hora de preguntar por la expedición Carlyle o por Jackson Elias. Finalmente, cuando le preguntan a la Sra. Smythe-Forbes, ésta es la información que obtienen:
LA LLEGADA DE LA EXPEDICIÓN CARLYLE: inicialmente pretendía ser un relajado safari en la región de la Gran Grieta aunque al poco de estar en Nairobi los miembros de la expedición empezaron a mencionar otra tapadera: un viaje al Oeste para confirmar datos recogidos en Egipto sobre los seguidores de un líder religioso que emigró hacia el Sur, hacia Kenia. En Nairobi, los miembros notables de la expedición residían en Hampton House, un hotel que es propiedad de Reggie Baynes (y quien lo ha dirigido siempre) desde antes de la Gran Guerra.
La expedición también tuvo tratos con el doctor Horace Starret y el Sr. Neville Jermyn. Hay una foto de partida en la que figuran un Sir Aubrey extraordinariamente rejuvenecido y una Hypatia Masters algo fondona (Moore piensa que podría estar embarazada).
EL DESCUBRIMIENTO DE LOS CUERPOS: los informes que llevaron a la patrulla hasta el lugar de la masacre proceden de Sam Mariga, un jardinero que trabaja en la estación del ferrocarril y que vive en la calle Charles. Sam visitaba a unos parientes en el poblado de Ndovu, situado en el bosque de Aberdare, cuando se enteró de que en cierta región había gran cantidad de cadáveres sin enterrar y de que era poco inteligente acercarse por allí. Dicha región se encuentra al Norte de Nairobi y a muchos kilómetros de distancia del valle de la Gran Grieta. El teniente Mark Selkirk, al mando de una escuadra de tropas nativas encontraron los restos y (según parece) a los autores de la matanza, administrando justicia rápidamente. Una foto muestra cinco cuerpos de nativos Nandi colgando de sendas cuerdas.
Según la Sra. Smythe-Forbes "Los de la expedición Carlyle eran todos gente muy rara y de aspecto enfermizo. La pobrecilla Hypatia estuvo mareada parte del tiempo, sobre todo por las mañanas, creo recordar. Sí, así es. A Carlyle le vi poco. Era un joven bastante nervioso, que bebía un poco. Y Sir Aubrey, aunque era atractivo y juvenil, tenía tratos con gente que no se correspondía con su alcurnia. Recuerdo en especial a un tal Tandoor Singh, un tipo bastante viscoso, que pasaba mucho tiempo en Hampton House. Un simple vendedor de té. Por cierto que aún está en Nairobi y a lo mejor quiere decirles de lo que hablaban aunque yo no querría saberlo. El médico, Huston, era muy estirado."
Natalia Smythe-Forbes
Recuerda a Jackson Elías como una persona de voluntad fuerte y genio rudo. Sugiere hablar con Roger Corydon en las Oficinas del Gobierno y con el capitán Montgomery de los Fusileros Reales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario