LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 3.32
LA MALDICIÓN DE LOS GATOS
Migu3l (4)...............Frank Donahew.............Arqueólogo del Museo Egipcio
Pablo (2)................Yusut..........................Peón y testigo involuntario
Lvis (6)...................Steve Donahew............Antropólogo del Museo Egipcio y profesor de Universidad
Desnudos y en lamentable estado escuchan las glaciales palabras de la poderosa sacerdotisa de Bast: “Subid la escalera y seguid por la pasarela. Tras la estela, hay una salida a los túneles. Como me habéis sido de utilidad, os daré unos minutos de ventaja... cuando empiece la destrucción no haré distinciones entre los que sirven a la Hermandad, y los que no. Y si sobrevivís, más os vale no volver a cruzaros en mi camino, porque entonces lamentaréis no haber muerto ahora.” Obviamente, los tres supervivientes huyen rápidamente, y no están para presenciar la escena que viene a continuación.
(N. del G.: Desde su posición dominante en el altar, Neris continúa hablando a los sacerdotes, que miran nerviosos a su alrededor cuando se ven rodeados por cientos de grandes felinos, que les miran con bestial agresividad, y que se acercan cada vez más: “Antes se ha mencionado la profecía reflejada en el Kitab Al-Azif. Sin duda, tan doctas eminencias sabrán apreciar la importancia de esta otra cita:
Aru setaw amenhi septu meru
Heseq amu Khet Ausar
Enen sekhem-sen am-a
Enen hai-a et Ketut-sen”
En ese instante, y con una sincronía maléfica, Neris clava la Daga de Thoth sobre el ojo de la momia de Nitocris mientras los felinos saltan sobre sacerdotes y monstruos. La momia se transforma en polvo; los otros en pulpa sanguinolenta.
“La Maldición de los Gatos –dice Neris dirigiéndose a su recientemente aniquilada audiencia- ha caído sobre vosotros”.
la traducción de la cita (del Libro Egipcio de los Muertos, Cap. 17, Pl. 10-11, 30-31) sería:
“¡Que los guardianes que llevan dagas de sacrificio en sus manos crueles,
que matan a los que siguen a Osiris,
no prevalezcan sobre mí!
¡Que no caiga yo bajo sus dagas!”)
(N. del G.: Desde su posición dominante en el altar, Neris continúa hablando a los sacerdotes, que miran nerviosos a su alrededor cuando se ven rodeados por cientos de grandes felinos, que les miran con bestial agresividad, y que se acercan cada vez más: “Antes se ha mencionado la profecía reflejada en el Kitab Al-Azif. Sin duda, tan doctas eminencias sabrán apreciar la importancia de esta otra cita:
Aru setaw amenhi septu meru
Heseq amu Khet Ausar
Enen sekhem-sen am-a
Enen hai-a et Ketut-sen”
En ese instante, y con una sincronía maléfica, Neris clava la Daga de Thoth sobre el ojo de la momia de Nitocris mientras los felinos saltan sobre sacerdotes y monstruos. La momia se transforma en polvo; los otros en pulpa sanguinolenta.
“La Maldición de los Gatos –dice Neris dirigiéndose a su recientemente aniquilada audiencia- ha caído sobre vosotros”.
la traducción de la cita (del Libro Egipcio de los Muertos, Cap. 17, Pl. 10-11, 30-31) sería:
“¡Que los guardianes que llevan dagas de sacrificio en sus manos crueles,
que matan a los que siguen a Osiris,
no prevalezcan sobre mí!
¡Que no caiga yo bajo sus dagas!”)
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