LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 3.28
QUID PRO QUO
Adrián (1)................Sofía Wells (Srta.)........Parapsicóloga (amiga de Jackson Elías)
Dani (5)..................Adrian Eastwood..........Agente de negocios de importación-exportación
Miguel Ángel (4).......David Perchov..............Teniente del ejército de EE.UU.
Migu3l (4)...............Frank Donahew.............Arqueólogo del Museo Egipcio
Lvis (6)...................Steve Donahew............Antropólogo del Museo Egipcio y profesor de Universidad
“¡Estúpida –grita Neris- lo que estás rechazando es vuestra vía de escape! Todos estáis en deuda conmigo. Él –señalando al holandés- fue quien me robó los papiros, pero todos vosotros los codiciabais: vuestros ojos os delatan. Ahora os ofrezco la oportunidad de saldar esa deuda, y a la vez, salvar vuestras vidas. Queríais utilizar mis pergaminos; como venganza, yo os utilizaré a vosotros.”
Neris hace una dramática pausa para que todos asimilen la situación. El grupo se da cuenta de que junto a la escalera (N. del G.: la única salida), observándoles, hay dos enormes leonas. Neris acaricia pensativamente la daga, y recupera la compostura. Sus ojos vuelven a adquirir un aspecto humano ordinario. “Se acerca la luna nueva; mañana por la noche la Hermandad del Faraón Negro celebrará uno de sus rituales impudicios en su templo secreto, en los túneles bajo la Esfinge. Pero no se limitarán a adorar a su dios oscuro y a hacer sacrificios humanos. Supongo que estáis al corriente de la destrucción de la mezquita de Ibn Tulun. Fue obra de la Hermandad dirigida por su sumo sacerdote, Omar Shakti, quien envió a uno de sus sirvientes demoniacos a recuperar un objeto que hace siglos perteneció a la malvada reina Nitocris: su cinturón. Junto con la corona y el collar que ya poseía la Hermandad, Shakti ya tenía todo lo necesario para realizar la resurrección de la malvada reina Nitocris. Sin embargo –continúa la bellísima sacerdotisa, sin poder evitar una malvada sonrisa- algo le salió mal a Shakti, quien fue atacado en su propia mansión por agentes y motivos que desconozco. Sorprendentemente, y quizás a causa de una excesiva autoconfianza por el éxito del cinturón y las expectativas del ritual, subestimó a sus enemigos y acabó muerto. Aunque es un duro revés para la Hermandad, desgraciadamente esto no la detendrá. Si nadie se lo impide, otros sacerdotes de la Hermandad usarán la magia negra para resucitar a Shakti, quien a su vez acometerá el poderoso ritual para traer de vuelta al mundo de los vivos a la malvada Nitocris. Si llegaran a tener éxito, vuestro estúpido mundo en el que todo se da por sentado tendría los días contados.”
Neris alza la daga ante los ojos de los investigadores. La empuñadura mide 15 cm. de largo, está hecha de latón, y modelada en forma de cabeza de ibis. El largo cuello del ibis forma la empuñadura de la daga, su cabeza el pomo, y su pico la defensa del mango, por lo que los dedos quedan entre el cuello y el pico una vez empuñada. La delgada hoja mide unos 20 cm. de pura plata. Ambas caras de la hoja están inscritas con jeroglíficos egipcios. “Pero no todo está perdido. Aún se puede impedir que la Hermandad tenga éxito. Gracias a la benevolente Bast he podido conseguir la daga de Thoth, un objeto mágico muy poderoso. Clavándola en el ojo izquierdo de la momia de la reina Nitocris, ésta será destruida, imposibilitando su resurrección. Sin embargo se agota el tiempo; el ritual se celebrará la noche de mañana, por lo que tendréis que averiguar cómo acceder al templo subterráneo esta noche o el día de mañana. De lo contrario, tendréis que haceros pasar por miembros de la Hermandad (lo cual no os será difícil debido al alto número de celebrantes), pero intentar destruir la momia durante el ritual disminuirá las probabilidades de éxito.”
Los investigadores nerviosos por lo escaso del plazo protestan, pero Neris les hace callar enérgicamente. “Entre vosotros, hay uno que puede averiguar cómo acceder al templo secreto –mientras mira al holandés-. Sin duda alguien de la expedición Clive tuvo que ver con la desaparición de la momia, que ahora mismo estará en el propio templo subterráneo; y ese alguien usó la magia negra, por lo que llego a dos conclusiones: que hay al menos un miembro de la expedición que pertenece a la Hermandad, y que existe un pasadizo secreto cerca de la cámara de la momia por el que se puede acceder a los pasajes subterráneos bajo la Esfinge. Como antiguo miembro de la expedición, podrá averiguar el paradero de la entrada. Ahora debéis marcharos. Cuidaos de los horrores que aguardan en los túneles bajo la Esfinge.” Neris vuelve a ofrecer la Daga de Thoth a Wells.
Neris hace una dramática pausa para que todos asimilen la situación. El grupo se da cuenta de que junto a la escalera (N. del G.: la única salida), observándoles, hay dos enormes leonas. Neris acaricia pensativamente la daga, y recupera la compostura. Sus ojos vuelven a adquirir un aspecto humano ordinario. “Se acerca la luna nueva; mañana por la noche la Hermandad del Faraón Negro celebrará uno de sus rituales impudicios en su templo secreto, en los túneles bajo la Esfinge. Pero no se limitarán a adorar a su dios oscuro y a hacer sacrificios humanos. Supongo que estáis al corriente de la destrucción de la mezquita de Ibn Tulun. Fue obra de la Hermandad dirigida por su sumo sacerdote, Omar Shakti, quien envió a uno de sus sirvientes demoniacos a recuperar un objeto que hace siglos perteneció a la malvada reina Nitocris: su cinturón. Junto con la corona y el collar que ya poseía la Hermandad, Shakti ya tenía todo lo necesario para realizar la resurrección de la malvada reina Nitocris. Sin embargo –continúa la bellísima sacerdotisa, sin poder evitar una malvada sonrisa- algo le salió mal a Shakti, quien fue atacado en su propia mansión por agentes y motivos que desconozco. Sorprendentemente, y quizás a causa de una excesiva autoconfianza por el éxito del cinturón y las expectativas del ritual, subestimó a sus enemigos y acabó muerto. Aunque es un duro revés para la Hermandad, desgraciadamente esto no la detendrá. Si nadie se lo impide, otros sacerdotes de la Hermandad usarán la magia negra para resucitar a Shakti, quien a su vez acometerá el poderoso ritual para traer de vuelta al mundo de los vivos a la malvada Nitocris. Si llegaran a tener éxito, vuestro estúpido mundo en el que todo se da por sentado tendría los días contados.”
Neris alza la daga ante los ojos de los investigadores. La empuñadura mide 15 cm. de largo, está hecha de latón, y modelada en forma de cabeza de ibis. El largo cuello del ibis forma la empuñadura de la daga, su cabeza el pomo, y su pico la defensa del mango, por lo que los dedos quedan entre el cuello y el pico una vez empuñada. La delgada hoja mide unos 20 cm. de pura plata. Ambas caras de la hoja están inscritas con jeroglíficos egipcios. “Pero no todo está perdido. Aún se puede impedir que la Hermandad tenga éxito. Gracias a la benevolente Bast he podido conseguir la daga de Thoth, un objeto mágico muy poderoso. Clavándola en el ojo izquierdo de la momia de la reina Nitocris, ésta será destruida, imposibilitando su resurrección. Sin embargo se agota el tiempo; el ritual se celebrará la noche de mañana, por lo que tendréis que averiguar cómo acceder al templo subterráneo esta noche o el día de mañana. De lo contrario, tendréis que haceros pasar por miembros de la Hermandad (lo cual no os será difícil debido al alto número de celebrantes), pero intentar destruir la momia durante el ritual disminuirá las probabilidades de éxito.”
La Daga de Thoth
Los investigadores nerviosos por lo escaso del plazo protestan, pero Neris les hace callar enérgicamente. “Entre vosotros, hay uno que puede averiguar cómo acceder al templo secreto –mientras mira al holandés-. Sin duda alguien de la expedición Clive tuvo que ver con la desaparición de la momia, que ahora mismo estará en el propio templo subterráneo; y ese alguien usó la magia negra, por lo que llego a dos conclusiones: que hay al menos un miembro de la expedición que pertenece a la Hermandad, y que existe un pasadizo secreto cerca de la cámara de la momia por el que se puede acceder a los pasajes subterráneos bajo la Esfinge. Como antiguo miembro de la expedición, podrá averiguar el paradero de la entrada. Ahora debéis marcharos. Cuidaos de los horrores que aguardan en los túneles bajo la Esfinge.” Neris vuelve a ofrecer la Daga de Thoth a Wells.
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