LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 3.11
EL WASTA
Lvis (3)......................Alan Smith.................Anarquista
Miguel Ángel (3)..........James Curtnert...........Cazador
Migu3l (3)..................Jasmine Abd-Hasir.......Ladrona
El Wasta está a unas pocas horas Nilo arriba, y conocer el Árabe es aquí esencial. En el pueblo hay demasiadas Nyitis para que el nombre resulte significativo, por lo que los investigadores deben invertir cerca de seis horas en una búsqueda sistemática hasta que dan con la mujer que buscan.
La primera persona a la que ven los investigadores es a Unba, el hijo de Nyiti, que carece de brazo derecho, mostrando su cuerpo enormes laceraciones en el hombro también derecho y en ese mismo lado de la cara. Smith, recordando su encuentro con el terrible horror alado en el barco de deportación, reconoce esas heridas como provocadas por ese tipo de ser.
El habla de este hombre es lenta y entrecortada; los investigadores persisten pacientemente, y Unba consiente en dejarles entrar y ver a su madre.
Nyiti parece extremadamente anciana. Su mandíbula inferior y sus dos manos han sido calcinadas. Está bastante desequilibrada pero al ver a los investigadores se le iluminan los ojos, hace algunos ruidos guturales y señala con los muñones a un rincón de la choza.
Estos ruidos alertan a su hijo, que entra de inmediato. Los investigadores miran en el rincón. Entre mantas y cacharros hay una cesta de junco pintada con un símbolo rojo que los investigadores identifican como un antiguo símbolo egipcio de protección. Dentro de la cesta hay un trozo de loseta blanca, de unos 18x23 cm. y bastante gruesa. Sus bordes irregulares indican que fue arrancado de un trozo mayor de piedra trabajada. La piedra tiene cierto tono rojizo característico de la Pirámide Roja de Dhashur. Smith, que estuvo en la cima de la pirámide, identifica inmediatamente este fragmento como perteneciente a la zona del agujero.
Nyiti insiste mediante gestos para que se lleven la piedra, y cuando aceptan cae en un estado de estupor, habiendo cumplido su último objetivo. Ya no puede ser de más ayuda (N. del G.: la Hermandad también ha descubierto el paradero de éstos gracias a los investigadores).
La primera persona a la que ven los investigadores es a Unba, el hijo de Nyiti, que carece de brazo derecho, mostrando su cuerpo enormes laceraciones en el hombro también derecho y en ese mismo lado de la cara. Smith, recordando su encuentro con el terrible horror alado en el barco de deportación, reconoce esas heridas como provocadas por ese tipo de ser.
El habla de este hombre es lenta y entrecortada; los investigadores persisten pacientemente, y Unba consiente en dejarles entrar y ver a su madre.
Nyiti parece extremadamente anciana. Su mandíbula inferior y sus dos manos han sido calcinadas. Está bastante desequilibrada pero al ver a los investigadores se le iluminan los ojos, hace algunos ruidos guturales y señala con los muñones a un rincón de la choza.
Nyiti
Estos ruidos alertan a su hijo, que entra de inmediato. Los investigadores miran en el rincón. Entre mantas y cacharros hay una cesta de junco pintada con un símbolo rojo que los investigadores identifican como un antiguo símbolo egipcio de protección. Dentro de la cesta hay un trozo de loseta blanca, de unos 18x23 cm. y bastante gruesa. Sus bordes irregulares indican que fue arrancado de un trozo mayor de piedra trabajada. La piedra tiene cierto tono rojizo característico de la Pirámide Roja de Dhashur. Smith, que estuvo en la cima de la pirámide, identifica inmediatamente este fragmento como perteneciente a la zona del agujero.
Fragmento de la Pirámide Roja
Nyiti insiste mediante gestos para que se lleven la piedra, y cuando aceptan cae en un estado de estupor, habiendo cumplido su último objetivo. Ya no puede ser de más ayuda (N. del G.: la Hermandad también ha descubierto el paradero de éstos gracias a los investigadores).
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