LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 3.12
CONSULTANDO A KAFOUR
Lvis (3)......................Alan Smith.................Anarquista
Miguel Ángel (3)..........James Curtnert...........Cazador
Migu3l (3)..................Jasmine Abd-Hasir.......Ladrona
Los pletóricos investigadores vuelven al Museo Egipcio para preguntarle al doctor Kafour por el símbolo grabado en la piedra. Cuando llegan a su despacho, se lo encuentran sumergido entre sus libros y papiros; los investigadores se fijan en un papel que el doctor está usando como marca-páginas, un folleto de una conferencia, que según el doctor se celebró hace ya algunas semanas y a la que él tuvo el placer de asistir:
“EL CULTO A LA OSCURIDAD EN LA POLINESIA Y EN EL PACÍFICO SUDOCCIDENTAL
Una ponencia de dos horas con las proyecciones comentadas del profesor Anthony Cowles de la Universidad de Sydney (Australia) y presentada por Locksley Fellow de esotérica polinesia de la Universidad Miskatonic (Arkham, EE.UU.)
Museo Egipcio, El Cairo, 8 PM”
Los investigadores le piden al doctor que les resuma la conferencia, quien se la explica en cuatro puntos:
1- Una vez existió entre los aborígenes una secta de adoradores del murciélago. Por extraño que parezca, era conocida en diferentes partes de Australia y el dios siempre recibía el nombre de Padre de todos los Murciélagos. Los adeptos creían que haciendo sacrificios humanos a su dios, ganarían el suficiente poder como para merecer que se les manifestase. Si podían persuadir o seducir al dios y hacer que éste se les apareciese, sería el conquistador de toda la humanidad.
Los sacrificios se llevaban a cabo con los adoradores dispuestos en hileras, por medio de las cuales debían correr las víctimas, que eran golpeadas con garrotes provistos de afilados dientes de murciélago, recubiertos de una sustancia derivada de los murciélagos enfermos de rabia; este veneno era de acción rápida, pero parece ser que las víctimas se volvían locas antes de morir. Se dice que los jefes de la secta tenían el poder de convertirse en serpientes provistas de alas de murciélago, lo que les permitía conseguir víctimas a lo largo y ancho de la región.
Cowles cree que esta secta fue olvidada o extinguida hace cientos de años. Su existencia en tiempos pasados es el motivo por el que se interesó en los libros de Elías sobre sectas actuales.
2- Un ciclo de canciones aborígenes habla de un lugar, situado en alguna parte de Australia Occidental, en donde vivieron unas criaturas gigantescas. Las canciones dicen que estos dioses, que no se parecían en nada a los seres humanos, construyeron grandes murallas durmientes y excavaron enormes cavernas, hasta que un viento provisto de vida acabó con los dioses y los echó del lugar, destruyendo su campamento. Cuando esto ocurrió, se abrió un camino al Padre de Todos los Murciélagos, que llegó a la tierra y se hizo poderoso.
3- Kafour enseña a los investigadores cuatro copias de otras tantas fotografías de Cowles. Muestran unas dunas arenosas sin fin, entre las que se pueden ver unas columnas talladas y unos bloques de piedra también tallada. Aunque en el momento de la ponencia no tenía el libro con él, Cowles indicó que el descubridor, un tal Arthur Mac Whirr de Port Hedland, escribió un diario en el que registró sucesivos ataques contra los aborígenes. Mac Whirr hace referencia a muertes de víctimas con centenas de pequeñas punciones, con lo que las relaciona con la ancestral secta del Murciélago de Arena. El diario está en poder del profesor Cowles, quien lo guarda en su bungalow de Sydney.
4- Kafour relata a los personajes una peculiar historia que Cowles acababa de conseguir cerca del Mar de Arafura; es la historia titulada "La Serpiente del Arco Iris salva a los hombres." Cowles se extrañaba de que la historia describiera con tanto detalle y enfrentase a la Serpiente del Arco Iris con el Padre de Todos los Murciélagos (en la historia, el Murciélago de la Arena).
LA SERPIENTE DEL ARCO IRIS SALVA A LOS HOMBRES
Cuando los hombres llegaron a esta tierra, encontraron agua. "¡Qué deliciosa es!" exclamaron, porque antes sólo tenían arena para beber. La Serpiente del Arco Iris, que es la esencia del agua, se alegró de ver que los hombres bebían de ella y se enorgulleció tanto de estas criaturas sin cola de la Gran Madre como se enorgullecía de los wallabíes y del resto de la vida ya que se entregaba a todos ellos.
Pero el Murciélago de la arena, señor de todo lo que no tiene vida, se enfadaba a medida que las personas abandonaban su arena por el líquido refrescante de la Serpiente del Arco Iris. El Murciélago extendió sus alas por todas partes, llenando los nuevos manantiales y ríos con arena y resecando la tierra.
Como habían aprendido a amar el agua y ahora carecían de ella, los hombres comenzaron a morir. Preocupada por su sufrimiento, la Serpiente del Arco Iris buscó al Murciélago de la arena por arriba y por abajo. Cuando llegó a un lugar en que las dunas infinitas se ondulaban sin fin, encontró al Murciélago en una cueva oscura situada en el interior del firmamento. Colgando de allí estaban con él todos los miembros de su clan. "Murciélago de la arena, ¿por qué eres tan cruel? Los hombres no pueden beber arena," dijo la Serpiente del Arco Iris. "Es mi sustancia la que corre por sus venas y es mi sustancia la que los bebés toman de los pechos de sus madres. Los hombres necesitan agua, no arena."
"Ese no es asunto mío," dijo riéndose el Murciélago de la arena. "Los hombres me han insultado. Deben volver a mis costumbres para que me digne a tenerlos en cuenta."
En la aridez del hogar del Murciélago de la arena, la Serpiente del Arco Iris se sentía incómoda y mareada.
Pero tuvo una idea. "Oh, poderoso Murciélago de la arena," dijo, "¿por qué has elegido un lugar tan malo como éste para vivir? Un desierto tan pequeño no te debe dar mucha fuerza."
"¿Pequeño?" jadeó el Murciélago de la arena, "¡Pero si este desierto es el lugar con más arena del mundo! Soy el jefe de mi clan gracias a que poseo tanta arena."
"Yo sé de un lugar que tiene mucha más arena," juró la Serpiente del Arco Iris. "Por eso me sorprende tanto que vivas aquí, en un lugar con tan poca arena."
"Serpiente del Arco Iris, si hay un lugar con más arena que éste, tanto yo como todo mi clan nos iremos allí para hacer de él nuestro nuevo hogar," prometió el Murciélago de la arena.
La Serpiente del Arco Iris indicó la dirección de ese lugar y el clan del Murciélago de la arena voló con fuerza hacia allí. La Serpiente del Arco Iris les había dicho la verdad, pero el lugar con más arena de todo el mundo estaba en el fondo del mar; en un lugar tan profundo que sólo el Murciélago de la arena era lo bastante fuerte como para poder salir del agua. El resto de su clan quedó atrapado en el fondo del mar, muy por debajo de las olas.
"¡Serpiente del Arco Iris, me has engañado!" gritó el Murciélago de la arena. "Voy a subir al cielo a vivir, tan lejos del agua como pueda." Y se marchó muy enfadado.
Una vez el Murciélago de la arena se hubo marchado, la Serpiente del Arco Iris podía volar por donde quisiese, pero ni siquiera ella era lo bastante grande como para estar en todas partes a la vez. Por ello, dijo a los hombres que volvería a estar con ellos en determinados momentos del año. Por si se olvidaba de volver, o por si retrasaba, susurró unas poderosas palabras en los oídos de los hombres más sabios, para hacer que ella volviese cantándolas.
Después de una tormenta, cuando los hombres ven que la cola de la Serpiente del Arco Iris se extiende por la tierra, saben que todo va bien.
N. del G.: quien conozca la campaña completa sabrá que el profesor Cowles da su conferencia en Nueva York, no en El Cairo, pero ya habíamos jugado esa parte cuando me enteré de esto. Así que me reservé a Cowles para un momento mejor, y éste me pareció adecuado.
Los sorprendidos investigadores pasan ahora a contarle a Kafour todo lo averiguado en El Cairo, para a continuación enseñar al entusiasmado doctor la piedra de Nyiti. Eufórico, Kafour explica que los trazos se corresponden con parte de un ancestral signo de protección conocido como el Ojo de luz y de Oscuridad. El doctor, gracias a sus conocimientos, es capaz de reproducir el símbolo, pero no conoce el ritual mágico de activación. Sin duda, para haber roto esta protección se ha necesitado un gran poder.
Las conclusiones anteriores de los investigadores apuntaban a que algo debía haber en la Pirámide Torcida, pero no fueron capaces de encontrar nada. Por otra parte reconocen ser inexpertos en la materia; el propio Kafour se ofrece para acompañarles a la pirámide, pues es mucho lo que está en juego, y además va a llamar a un conocido “cazatesoros” para que les acompañe: Jason Locke.
- Jason Locke: Este hombre se dedica a rastrear ruinas, hacer expediciones y toda actividad que le pueda reportar fama y beneficios en el mundo de la arqueología, en particular localizando antigüedades. Es conocido del doctor Kafour, a quien ha proporcionado algún que otro objeto para el fondo del Museo Egipcio. Ahora el doctor le ha llamado para investigar una curiosa historia que ha llegado a sus oídos relacionada con el legendario Faraón Negro. Muy interesante.
“EL CULTO A LA OSCURIDAD EN LA POLINESIA Y EN EL PACÍFICO SUDOCCIDENTAL
Una ponencia de dos horas con las proyecciones comentadas del profesor Anthony Cowles de la Universidad de Sydney (Australia) y presentada por Locksley Fellow de esotérica polinesia de la Universidad Miskatonic (Arkham, EE.UU.)
Museo Egipcio, El Cairo, 8 PM”
Los investigadores le piden al doctor que les resuma la conferencia, quien se la explica en cuatro puntos:
1- Una vez existió entre los aborígenes una secta de adoradores del murciélago. Por extraño que parezca, era conocida en diferentes partes de Australia y el dios siempre recibía el nombre de Padre de todos los Murciélagos. Los adeptos creían que haciendo sacrificios humanos a su dios, ganarían el suficiente poder como para merecer que se les manifestase. Si podían persuadir o seducir al dios y hacer que éste se les apareciese, sería el conquistador de toda la humanidad.
Los sacrificios se llevaban a cabo con los adoradores dispuestos en hileras, por medio de las cuales debían correr las víctimas, que eran golpeadas con garrotes provistos de afilados dientes de murciélago, recubiertos de una sustancia derivada de los murciélagos enfermos de rabia; este veneno era de acción rápida, pero parece ser que las víctimas se volvían locas antes de morir. Se dice que los jefes de la secta tenían el poder de convertirse en serpientes provistas de alas de murciélago, lo que les permitía conseguir víctimas a lo largo y ancho de la región.
Cowles cree que esta secta fue olvidada o extinguida hace cientos de años. Su existencia en tiempos pasados es el motivo por el que se interesó en los libros de Elías sobre sectas actuales.
2- Un ciclo de canciones aborígenes habla de un lugar, situado en alguna parte de Australia Occidental, en donde vivieron unas criaturas gigantescas. Las canciones dicen que estos dioses, que no se parecían en nada a los seres humanos, construyeron grandes murallas durmientes y excavaron enormes cavernas, hasta que un viento provisto de vida acabó con los dioses y los echó del lugar, destruyendo su campamento. Cuando esto ocurrió, se abrió un camino al Padre de Todos los Murciélagos, que llegó a la tierra y se hizo poderoso.
3- Kafour enseña a los investigadores cuatro copias de otras tantas fotografías de Cowles. Muestran unas dunas arenosas sin fin, entre las que se pueden ver unas columnas talladas y unos bloques de piedra también tallada. Aunque en el momento de la ponencia no tenía el libro con él, Cowles indicó que el descubridor, un tal Arthur Mac Whirr de Port Hedland, escribió un diario en el que registró sucesivos ataques contra los aborígenes. Mac Whirr hace referencia a muertes de víctimas con centenas de pequeñas punciones, con lo que las relaciona con la ancestral secta del Murciélago de Arena. El diario está en poder del profesor Cowles, quien lo guarda en su bungalow de Sydney.
4- Kafour relata a los personajes una peculiar historia que Cowles acababa de conseguir cerca del Mar de Arafura; es la historia titulada "La Serpiente del Arco Iris salva a los hombres." Cowles se extrañaba de que la historia describiera con tanto detalle y enfrentase a la Serpiente del Arco Iris con el Padre de Todos los Murciélagos (en la historia, el Murciélago de la Arena).
LA SERPIENTE DEL ARCO IRIS SALVA A LOS HOMBRES
Cuando los hombres llegaron a esta tierra, encontraron agua. "¡Qué deliciosa es!" exclamaron, porque antes sólo tenían arena para beber. La Serpiente del Arco Iris, que es la esencia del agua, se alegró de ver que los hombres bebían de ella y se enorgulleció tanto de estas criaturas sin cola de la Gran Madre como se enorgullecía de los wallabíes y del resto de la vida ya que se entregaba a todos ellos.
Pero el Murciélago de la arena, señor de todo lo que no tiene vida, se enfadaba a medida que las personas abandonaban su arena por el líquido refrescante de la Serpiente del Arco Iris. El Murciélago extendió sus alas por todas partes, llenando los nuevos manantiales y ríos con arena y resecando la tierra.
Como habían aprendido a amar el agua y ahora carecían de ella, los hombres comenzaron a morir. Preocupada por su sufrimiento, la Serpiente del Arco Iris buscó al Murciélago de la arena por arriba y por abajo. Cuando llegó a un lugar en que las dunas infinitas se ondulaban sin fin, encontró al Murciélago en una cueva oscura situada en el interior del firmamento. Colgando de allí estaban con él todos los miembros de su clan. "Murciélago de la arena, ¿por qué eres tan cruel? Los hombres no pueden beber arena," dijo la Serpiente del Arco Iris. "Es mi sustancia la que corre por sus venas y es mi sustancia la que los bebés toman de los pechos de sus madres. Los hombres necesitan agua, no arena."
"Ese no es asunto mío," dijo riéndose el Murciélago de la arena. "Los hombres me han insultado. Deben volver a mis costumbres para que me digne a tenerlos en cuenta."
En la aridez del hogar del Murciélago de la arena, la Serpiente del Arco Iris se sentía incómoda y mareada.
Pero tuvo una idea. "Oh, poderoso Murciélago de la arena," dijo, "¿por qué has elegido un lugar tan malo como éste para vivir? Un desierto tan pequeño no te debe dar mucha fuerza."
"¿Pequeño?" jadeó el Murciélago de la arena, "¡Pero si este desierto es el lugar con más arena del mundo! Soy el jefe de mi clan gracias a que poseo tanta arena."
"Yo sé de un lugar que tiene mucha más arena," juró la Serpiente del Arco Iris. "Por eso me sorprende tanto que vivas aquí, en un lugar con tan poca arena."
"Serpiente del Arco Iris, si hay un lugar con más arena que éste, tanto yo como todo mi clan nos iremos allí para hacer de él nuestro nuevo hogar," prometió el Murciélago de la arena.
La Serpiente del Arco Iris indicó la dirección de ese lugar y el clan del Murciélago de la arena voló con fuerza hacia allí. La Serpiente del Arco Iris les había dicho la verdad, pero el lugar con más arena de todo el mundo estaba en el fondo del mar; en un lugar tan profundo que sólo el Murciélago de la arena era lo bastante fuerte como para poder salir del agua. El resto de su clan quedó atrapado en el fondo del mar, muy por debajo de las olas.
"¡Serpiente del Arco Iris, me has engañado!" gritó el Murciélago de la arena. "Voy a subir al cielo a vivir, tan lejos del agua como pueda." Y se marchó muy enfadado.
Una vez el Murciélago de la arena se hubo marchado, la Serpiente del Arco Iris podía volar por donde quisiese, pero ni siquiera ella era lo bastante grande como para estar en todas partes a la vez. Por ello, dijo a los hombres que volvería a estar con ellos en determinados momentos del año. Por si se olvidaba de volver, o por si retrasaba, susurró unas poderosas palabras en los oídos de los hombres más sabios, para hacer que ella volviese cantándolas.
Después de una tormenta, cuando los hombres ven que la cola de la Serpiente del Arco Iris se extiende por la tierra, saben que todo va bien.
N. del G.: quien conozca la campaña completa sabrá que el profesor Cowles da su conferencia en Nueva York, no en El Cairo, pero ya habíamos jugado esa parte cuando me enteré de esto. Así que me reservé a Cowles para un momento mejor, y éste me pareció adecuado.
Los sorprendidos investigadores pasan ahora a contarle a Kafour todo lo averiguado en El Cairo, para a continuación enseñar al entusiasmado doctor la piedra de Nyiti. Eufórico, Kafour explica que los trazos se corresponden con parte de un ancestral signo de protección conocido como el Ojo de luz y de Oscuridad. El doctor, gracias a sus conocimientos, es capaz de reproducir el símbolo, pero no conoce el ritual mágico de activación. Sin duda, para haber roto esta protección se ha necesitado un gran poder.
El Ojo de Luz y de Oscuridad reproducido por el Dr. Kafour
Las conclusiones anteriores de los investigadores apuntaban a que algo debía haber en la Pirámide Torcida, pero no fueron capaces de encontrar nada. Por otra parte reconocen ser inexpertos en la materia; el propio Kafour se ofrece para acompañarles a la pirámide, pues es mucho lo que está en juego, y además va a llamar a un conocido “cazatesoros” para que les acompañe: Jason Locke.
- Jason Locke: Este hombre se dedica a rastrear ruinas, hacer expediciones y toda actividad que le pueda reportar fama y beneficios en el mundo de la arqueología, en particular localizando antigüedades. Es conocido del doctor Kafour, a quien ha proporcionado algún que otro objeto para el fondo del Museo Egipcio. Ahora el doctor le ha llamado para investigar una curiosa historia que ha llegado a sus oídos relacionada con el legendario Faraón Negro. Muy interesante.
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