047 Solo contra el Wendigo

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Dejar correr al chico equivaldría a perderle para siempre en el dédalo oscuro de árboles y lodazales. Te lanzas tras él, llamándole a gritos, para intentar que recupere la razón antes de que se te pierda. Oyes por delante de tí unos pies pesados que corren, haciendo crujir matorrales quebradizos y hierba helada. ¡Hielo! No puedes entender el tremendo descenso de la temperatura, pero no pierdes tiempo en considerarlo. Oyes ahora que un segundo corredor se une al primero. Se trata de pisadas poderosas que no podría hacer nada más ligero que un alce. De repente, el ruido de carrera acaba y llegas a un claro; a la débil luz de la luna ves que está vacío.
Entonces se oye un grito lastimero desde el cielo, por encima de donde tú estás: "¡Ah, que altura abrasadora! ¡Mis pies de fuego! ¡Mis candentes pies de fuego!"
Para mirar a lo alto a ver quién grita, ve a -72-; para taparte los oídos, cerrar los ojos y esperar a que el gemido deje de oírse, intenta una tirada de Conocimiento del bosque. Si la consigues, ve a -49-; si no, ve a -48-.

3 MH

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