Manto de fuego (5.5, D20)
-V, S- También conocido como “Capa de Fuego”. Cuesta 12 puntos de Magia y 1D10 de COR, y el realizador es el único que puede beneficiarse. Sus efectos duran 1D4 asaltos. Ver el Manto de Fuego en acción cuesta 1/1D3 puntos de COR. A cambio de experimentar un gran dolor, permite moverse a mayor velocidad a la vez que aumenta la capacidad defensiva en combate. El hechizo envuelve al realizador en una especie de tejido de luces brillantes, cada una de cuyas chispas deja una estela luminosa al moverse el hechicero, lanzando destellos al rojo blanco. Una vez encerrado en el interior del Manto, el realizador se eleva varios centímetros por encima del suelo de manera que sus pies no llegan a tocarlo. A pesar de esto, sus movimientos corporales seguirán siendo precisos. Soportar el nimbo del manto es algo angustioso, y supone la pérdida de 1D6 puntos de COR la primera vez que sea realizado. A pesar de ello no se perderá ningún punto de Vida como consecuencia de este dolor, y si el hechicero no ha tocado a nadie, el sufrimiento cesará al terminar el hechizo.
Mientras está en funcionamiento, el hechizo duplica el Movimiento y la DES del realizador. Las posibilidades de cualquier ataque dirigido contra él se verán reducidas en 20 percentiles, y todas las armas le causarán el mínimo daño posible. Cualquiera que le ataque con Puñetazo, Patada, etc., sufrirá en sus propias carnes el daño que cause al hechicero (también el mínimo posible).
Si el realizador toca a alguien habrá que tratar el ataque como si fuera un Puñetazo capaz de causar 1D8 puntos de daño. Cada vez que esto suceda, el realizador sufrirá la mitad de daño (redondeando las fracciones hacia abajo) que cause a su oponente, ya que su piel también chocará contra la superficie mágica del Manto. Sería perfectamente posible que este hechizo redujese los puntos de Vida del realizador a 0, causándole la muerte aunque sea por accidente.
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