LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 3.18
ACORRALADO
Miguel Ángel (3)..........James Curtnert..........Cazador
Mareado y desorientado, Curtnert apenas acierta a regresar al hotel. Casi no puede pegar ojo, y no se separa de su rifle. Al día siguiente recorre El Cairo en busca de ayuda o información, pero nadie puede o quiere ayudarle.
Poco después, ocurre el desastre. En los periodicos locales se entera de la siguiente noticia:
“TRAGEDIA EN LA MEZQUITA DE IBN TULUN
Seis de los más respetados eruditos de la mezquita de Ibn Tulun fallecieron la pasada noche al derrumbarse el techo de su sala de estudios por causas que hasta el momento aún no han podido ser determinadas; hasta ahora se han recuperado cinco cadáveres y falta por localizar el sexto erudito, Nessim Efti. El nazir de Ibn Tulun, Ahmed Zehavi, pudo sobrevivir al derrumbamiento y se encuentra hospitalizado en estado de shock. El accidente tuvo lugar en el edificio adyacente a la histórica mezquita, la cual no ha sufrido daño alguno."
Intrigado y sospechando lo peor, Curtnert se pone en contacto con la policía, y averigua por un golpe de suerte que Emil Vabreaux, el jefe de forenses de la policía, encontró en el lugar de los hechos una extraña sustancia, muestras de la cual han sido enviadas rápidamente a París y a Ginebra. Curtnert consigue entrevistarse con Vabreaux, un científico sutil e imperturbable. De los restos del sótano recogió casi tres kilos de un tejido corporal que le es totalmente desconocido. Una superficie parecen ser tegumentos naturales de algún tipo; las otras exhiben una serie de capas; aparentemente, el tejido fue cortado con un instrumento tremendamente afilado. La mayoría de las muestras se encuentran en la cámara frigorífica de su laboratorio de El Cairo, pero incluso a temperaturas por debajo del punto de congelación se están empezando a deteriorar.
Por si fuera poco, unos egipcios con muy mala pinta le siguen a todas partes con claras intenciones, y no puede despegarse de ellos. La policía no le sirve de nada. Sólo puede intentar permanecer en lugares frecuentados para evitar un ataque de esos hombres, que obviamente pertenecen a la Hermandad. Sin duda va siendo hora de cambiar de aires...
Poco después, ocurre el desastre. En los periodicos locales se entera de la siguiente noticia:
“TRAGEDIA EN LA MEZQUITA DE IBN TULUN
Seis de los más respetados eruditos de la mezquita de Ibn Tulun fallecieron la pasada noche al derrumbarse el techo de su sala de estudios por causas que hasta el momento aún no han podido ser determinadas; hasta ahora se han recuperado cinco cadáveres y falta por localizar el sexto erudito, Nessim Efti. El nazir de Ibn Tulun, Ahmed Zehavi, pudo sobrevivir al derrumbamiento y se encuentra hospitalizado en estado de shock. El accidente tuvo lugar en el edificio adyacente a la histórica mezquita, la cual no ha sufrido daño alguno."
Intrigado y sospechando lo peor, Curtnert se pone en contacto con la policía, y averigua por un golpe de suerte que Emil Vabreaux, el jefe de forenses de la policía, encontró en el lugar de los hechos una extraña sustancia, muestras de la cual han sido enviadas rápidamente a París y a Ginebra. Curtnert consigue entrevistarse con Vabreaux, un científico sutil e imperturbable. De los restos del sótano recogió casi tres kilos de un tejido corporal que le es totalmente desconocido. Una superficie parecen ser tegumentos naturales de algún tipo; las otras exhiben una serie de capas; aparentemente, el tejido fue cortado con un instrumento tremendamente afilado. La mayoría de las muestras se encuentran en la cámara frigorífica de su laboratorio de El Cairo, pero incluso a temperaturas por debajo del punto de congelación se están empezando a deteriorar.
Por si fuera poco, unos egipcios con muy mala pinta le siguen a todas partes con claras intenciones, y no puede despegarse de ellos. La policía no le sirve de nada. Sólo puede intentar permanecer en lugares frecuentados para evitar un ataque de esos hombres, que obviamente pertenecen a la Hermandad. Sin duda va siendo hora de cambiar de aires...
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