LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP- CC- 2.06
EL ARTISTA MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS
Lvis (2)...................Richmond Burke.........Político
Miguel Ángel (2).......Francoise Moller.........Investigador privado
Dani (2)..................William Baker.............Electricista
La casa de los Shipley es un edificio de planta y piso, de ladrillo, que necesita unas cuantas reparaciones. Todas las ventanas están cerradas y disponen de cortinas tupidas. Hay una puerta delante, y otra detrás, muy robustas.
Tras llamar a la puerta, una entrañable viejecita que porta una cesta de hacer punto les abre: se trata de Berta Shipley, la madre de Miles. Tras explicarle que vienen a ver la obra de Miles, les invita a entrar amablemente.
Tras llamar a la puerta, una entrañable viejecita que porta una cesta de hacer punto les abre: se trata de Berta Shipley, la madre de Miles. Tras explicarle que vienen a ver la obra de Miles, les invita a entrar amablemente.
Berta Shipley (en su forma humana)
Al entrar, pueden conocer a Miles Shipley. No hace falta ser un experto psicólogo para darse cuenta de que está loco de atar, de lo que dan fe su voz chillona y los temblores que sacuden su cuerpo. Se autoproclama constantemente como “el artista más grande de todos los tiempos”. Es extremadamente egoísta con sus pinturas. Le encantan los elogios.
Miles Shipley, "el artista más grande de todos los tiempos"
Cuando los investigadores le explican que han oído hablar de su obra y están interesados, Miles les conduce a su estudio, en la buhardilla. Miles inicia el paso, y los investigadores le siguen. Detrás de ellos va Berta, muy despacio, subiendo las escaleras con dificultad.
La buhardilla es una habitación con pocos muebles bajo su techo inclinado, y alumbrada con lámparas de aceite. Hay una claraboya, pero está pintada de negro. En el centro de la habitación hay un caballete sobre el que reposa un lienzo en el que hay algunos bosquejos a lápiz. A la izquierda hay una mesa con pinceles, pinturas y paletas.
Apoyados en las paredes pueden verse lienzos acabados; hay cuatro grupos de entre cinco y ocho cuadros de diversos tamaños, todos los cuales comparten una temática extraña y macabra. De interés particular para los investigadores es una pintura que muestra un paisaje africano. El centro del cuadro lo ocupa una gran montaña sobre la que se yergue una monstruosa figura; es enorme, con garras al final de sus cinco apéndices, y un gran tentáculo rojo carmesí en lugar de cabeza. Miles de pequeñas figuras humanas cerca de un templo, en la montaña, alzan las manos hacia su dios, y todas llevan el gorro característico de la Lengua Sangrienta.
Muy interesado (seguro de que podría servir para la investigación) Burke adquiere el cuadro por un “módico” precio.
La buhardilla es una habitación con pocos muebles bajo su techo inclinado, y alumbrada con lámparas de aceite. Hay una claraboya, pero está pintada de negro. En el centro de la habitación hay un caballete sobre el que reposa un lienzo en el que hay algunos bosquejos a lápiz. A la izquierda hay una mesa con pinceles, pinturas y paletas.
Apoyados en las paredes pueden verse lienzos acabados; hay cuatro grupos de entre cinco y ocho cuadros de diversos tamaños, todos los cuales comparten una temática extraña y macabra. De interés particular para los investigadores es una pintura que muestra un paisaje africano. El centro del cuadro lo ocupa una gran montaña sobre la que se yergue una monstruosa figura; es enorme, con garras al final de sus cinco apéndices, y un gran tentáculo rojo carmesí en lugar de cabeza. Miles de pequeñas figuras humanas cerca de un templo, en la montaña, alzan las manos hacia su dios, y todas llevan el gorro característico de la Lengua Sangrienta.
La criatura en la cima de la montaña
Muy interesado (seguro de que podría servir para la investigación) Burke adquiere el cuadro por un “módico” precio.
Los investigadores intentan por todos los medios husmear en otras dependencias de la vivienda, pero les es imposible. Así pues deciden abandonar la casa de los Shipley en busca de otras pistas. Como el camino hasta Lesser Edale es demasiado largo, se inclinan por continuar con sus pesquisas en la City (N. del G.: y nunca llegan a enterarse de que Berta Shipley es en realidad un hombre serpiente).
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