LAS MASCARAS DE NYARLATHOTEP - CC - 6.08
LA FURIA DE UN DIOS
Miguel Ángel (1).......Josefina Pérez.............Ocultista
Pedro* (1).................Jason Dallas................Mercenario
Adrián (1)................Sofía Wells (Srta.)........Parapsicóloga (amiga de Jackson Elías)
Migu3l (5)................Kipchirchir...................Guía keniata
Dani (7)...................Choi Li.......................Ayudante del Museo de Shangai
Lvis (7)....................John Fraxon................Científico químico
* Aquí la Cosa del Guardián sustituía a Pablo en el juego, que se perdió el final por un imprevisto.
A principios de Agosto llega la hora de la verdad. Los investigadores reciben el aviso, y saben que la traducción de los Siete Libros está completa, y que el yate de Ho Fong ha abandonado el puerto. Subrepticiamente, en esos momentos centenares de personas en Shangai con diferentes motivaciones se estarán movilizando con un objetivo común: la Isla del Dragón Gris.
Los investigadores se desplazan rápidamente hasta el puerto, donde habían alquilado su propia embarcación (vía el imprescindible Sr. Choi) para seguir su propio plan de asalto a la isla mientras el grueso de las tropas establece combate con los sectarios y las fuerzas demoniacas que liberen sus líderes. Dicho de otro modo, los investigadores esperan usar de pararrayos a los desdichados hombres de las facciones de Shangai y de la Marina Imperial mientras ellos se llevan el gato al agua.
Para cuando llegan a la isla (en realidad un atolón), las embarcaciones de la Marina Imperial se han distribuido en su perímetro con la artillería preparada en el mar nocturno, mientras la infantería y las tropas de Nueva China y las otras facciones desembarcan en lanchas. Las características peculiares del atolón, rodeado de bajíos rocosos, hacen que sea peligroso acercarse a sus playas cenicientas incluso con marea alta y con barcos de pequeño calado excepto en algunos puntos. Curiosamente la isla tiene un pequeño poblado al sur con un muelle (se suponía la isla deshabitada), que la infantería aprovecha para su asalto. Centenares de sectarios, todo lo que queda de la Orden de la Mujer Abotargada, presentan batalla entre las chozas del poblado contra los sodados y paramilitares que asaltan sus dominios.
Los investigadores, aún lejos de la acción, observan con prismáticos el muelle tras el cinturón de embarcaciones de la Marina Imperial. Allí está el yate de Ho Fong, el Diosa Lujuriante, pero no el Ama Oscura. Los investigadores rodean la isla hasta su costa este, y alli usan una lancha para desembarcar en la solitaria playa. Más allá de los palmerales retumban las explosiones, los gritos y el sonido de los disparos, mientras los fogonazos iluminan el cielo nocturno.
Lo que buscan es el templo de la Orden, probablemente desprotegido ahora que los sectarios están ocupados. El que apuntan como lugar más probable en el pequeño atolón es el cono volcánico, en el Oeste de la isla, y encaminan hacia allí sus pasos.
A medio camino, se empiezan a producir numerosas explosiones procedentes de las embarcaciones de la Marina. Al principio creen que están usando su artllería, pero muy al contrario, son los barcos los que están sufriendo daños como pueden deducir de las humaredas que ascienden al cielo (N. del G.: Ho Fong, desesperado, ha usado todos sus poderes para convocar a tantas Semillas Estelares de Cthulhu como ha sido capaz para que ataquen y destruyan las embarcaciones de la Marina Imperial antes de que usen su artillería contra el cono volcánico.)
Los investigadores aprietan el paso hasta llegar a la falda del cono volcánico, que tiene unos 150m. de altura. Inspeccionan el perímetro, hasta que dan con un sendero que se interna entre las palmeras hacia el poblado; tal y como era de suponer al otro lado del sendero hay un acceso al interior del cono. La entrada tiene esculpidos los caracteres de la secta, amén de colmillos de los que parece gotear veneno, tentáculos y otros símbolos gratos a los que no están bien de la cabeza. De allí arrancan unos escalones que descienden unos 60m. por el interior del cono hasta el destino de los investigadores.
El camino hasta las profundidades está adornado con figuras de la Semilla Estelar de Cthulhu, perfiles de Profundos y formas de Shoggoth. De vez en cuando fuentes de azufre o humaredas nocivas cubren el camino. Finalmente, y con las armas preparadas, los últimos investigadores emergen del túnel a la cámara de la Mujer Abotargada. El destino del mundo está en sus frágiles manos...
...y en sus frágiles mentes. La cámara es aproximadamente cilindrica, de 45 m de altura, y es en realidad una caverna que quedó vacía cuando el material volcánico se retiró de lo alto del cono hasta los ríos de magma que hay más abajo. Una luz naranja parece emanar de los hongos legamosos que recubren las paredes y el techo, pero en realidad es un reflejo de la energía procedente del pozo de magma del centro de la cámara, suspendido sobre el cual mediante recias vigas metálicas, se encuentra una brillante bala de metal de unos 20 m de altura, construida con metales de aleaciones extrañas que brillan con colores inhumanos. En el casco exterior hay diversos elementos del más elegante art déco y hasta las aletas direccionales son de diseño. Alrededor del cohete, y en una serie de plataformas de diversa altura, más de una docena de sectarios se afanan probando circuitos, haciendo reparaciones y soldaduras e insertando cables. El cono superior del cohete aún no ha sido colocado.
Una docena de tubos de 2'5 crn de grueso descienden unos 3 m de la parte posterior del cohete al pozo de magma. Están al rojo blanco, arrojando un brillo parecido al de las lámparas fluorescentes, pero de intensidad cegadora; todos los trabajadores llevan gafas protectoras contra esta luz. (N. del G.: Los tubos son aparatos extraterrestres, tubos de conversión que almacenan energía del magma que propulsará el cohete a través de Asia suroricntal y sobre el Océano Indico, para que allí abra camino al mal que deberá corromper el mundo.)
A la izquierda de los investigadores hay diversos montones de herramientas, cajas de embalaje, materiales y un cierto número de tanques con forma de cigarro equipados con arneses y diversos tubos. Algunos de los sectarios que trabajan en el cohete llevan dispositivos de éstos (que pesan unos 7 Kg) a la espalda: se trata de equipos de soldadura que emiten rayos de luz escarlata la cual, al locar el metal, lo funde. Sus principios de funcionamiento son enteramente desconocidos para la ciencia humana.
A la izquierda, más al fondo, hay un estanque burbujeante; a él descienden unas escaleras que se adentran en su líquido oscuro y movedizo. (N. del G.: Aquí trabajan cinco Profundos, con un sexto que al parecer está al mando de las operaciones. Entre todos se ocupan de un Shoggoth que se encuentra en el estanque y recogen trozos de tejido para añadir a la energía del pozo de magma. El Profundo que está al mando es un Shoggoth-twsha, o sacerdote de los Shoggoth, una posición importante en la sociedad de los Profundos. De vez en cuando coee con sus
garras trozos vibrantes del légamo gris del Shoggoth y realiza encantamientos en dirección al estanque donde éste se halla.)
A la derecha hay otro estanque de aguas tranquilas (N. del G.: que es el acceso acuático que utilizan los Profundos para ir y venir de su colonia en la laguna.)
Más a la derecha, al fondo, hay una jaula en la que aguardan un macabro destino los diversos prisioneros que la secta ha ido cogiendo aquí y allá, en total unas dos docenas de seres humanos, en su mayoría pescadores y marineros aterrados. El techo de roca de la jaula está a unos 2'40 m de altura; barras de acero separadas unos 2 cm cierran la parte delantera, en la que hay una puerta cerrada. Como quiera que los prisioneros pueden ver lo que sucede en el exterior de la jaula a través de los barrotes, la mayoría han enloquecido contemplando los horrores que tienen lugar aquí.
Al otro lado de la caverna, hay una imagen de la Mujer Abotargada de unos 3 m de altura. Tan tremendo como la escultura son el centenar largo de brazos humanos cortados que cuelgan de sus tentáculos. Ahora los investigadores saben dónde fueron a parar los brazos cortados a las víctimas de Shangai. Una versión en panes de oro de los caracteres de la secta adorna el suelo delante de la estatua, y también hay gran variedad de manchas de sangre.
Totalmente desbordada, Sofía Wells entra en un estado de estupefacción mental. Dallas, Kipchirchir, Choi y Fraxon desfallecen en un frenesí de locura, babeando y echando a correr mientras arrojan sus armas y dan terribles gritos que atraen la atención sobre sí.
Josefina Pérez, a la desesperada se lo juega todo a una carta. Viéndose sola, saca los tres cartuchos de dinamita y los arroja al cercano pozo de magma sobre el que se asientan los soportes de la subestructura que sostiene el cohete, y después echa a correr túnel arriba sin mirar atrás.
Miguel Ángel (1).......Josefina Pérez.............Ocultista
Pedro* (1).................Jason Dallas................Mercenario
Adrián (1)................Sofía Wells (Srta.)........Parapsicóloga (amiga de Jackson Elías)
Migu3l (5)................Kipchirchir...................Guía keniata
Dani (7)...................Choi Li.......................Ayudante del Museo de Shangai
Lvis (7)....................John Fraxon................Científico químico
* Aquí la Cosa del Guardián sustituía a Pablo en el juego, que se perdió el final por un imprevisto.
A principios de Agosto llega la hora de la verdad. Los investigadores reciben el aviso, y saben que la traducción de los Siete Libros está completa, y que el yate de Ho Fong ha abandonado el puerto. Subrepticiamente, en esos momentos centenares de personas en Shangai con diferentes motivaciones se estarán movilizando con un objetivo común: la Isla del Dragón Gris.
Los investigadores se desplazan rápidamente hasta el puerto, donde habían alquilado su propia embarcación (vía el imprescindible Sr. Choi) para seguir su propio plan de asalto a la isla mientras el grueso de las tropas establece combate con los sectarios y las fuerzas demoniacas que liberen sus líderes. Dicho de otro modo, los investigadores esperan usar de pararrayos a los desdichados hombres de las facciones de Shangai y de la Marina Imperial mientras ellos se llevan el gato al agua.
Para cuando llegan a la isla (en realidad un atolón), las embarcaciones de la Marina Imperial se han distribuido en su perímetro con la artillería preparada en el mar nocturno, mientras la infantería y las tropas de Nueva China y las otras facciones desembarcan en lanchas. Las características peculiares del atolón, rodeado de bajíos rocosos, hacen que sea peligroso acercarse a sus playas cenicientas incluso con marea alta y con barcos de pequeño calado excepto en algunos puntos. Curiosamente la isla tiene un pequeño poblado al sur con un muelle (se suponía la isla deshabitada), que la infantería aprovecha para su asalto. Centenares de sectarios, todo lo que queda de la Orden de la Mujer Abotargada, presentan batalla entre las chozas del poblado contra los sodados y paramilitares que asaltan sus dominios.
Los investigadores, aún lejos de la acción, observan con prismáticos el muelle tras el cinturón de embarcaciones de la Marina Imperial. Allí está el yate de Ho Fong, el Diosa Lujuriante, pero no el Ama Oscura. Los investigadores rodean la isla hasta su costa este, y alli usan una lancha para desembarcar en la solitaria playa. Más allá de los palmerales retumban las explosiones, los gritos y el sonido de los disparos, mientras los fogonazos iluminan el cielo nocturno.
Lo que buscan es el templo de la Orden, probablemente desprotegido ahora que los sectarios están ocupados. El que apuntan como lugar más probable en el pequeño atolón es el cono volcánico, en el Oeste de la isla, y encaminan hacia allí sus pasos.
A medio camino, se empiezan a producir numerosas explosiones procedentes de las embarcaciones de la Marina. Al principio creen que están usando su artllería, pero muy al contrario, son los barcos los que están sufriendo daños como pueden deducir de las humaredas que ascienden al cielo (N. del G.: Ho Fong, desesperado, ha usado todos sus poderes para convocar a tantas Semillas Estelares de Cthulhu como ha sido capaz para que ataquen y destruyan las embarcaciones de la Marina Imperial antes de que usen su artillería contra el cono volcánico.)
Los investigadores aprietan el paso hasta llegar a la falda del cono volcánico, que tiene unos 150m. de altura. Inspeccionan el perímetro, hasta que dan con un sendero que se interna entre las palmeras hacia el poblado; tal y como era de suponer al otro lado del sendero hay un acceso al interior del cono. La entrada tiene esculpidos los caracteres de la secta, amén de colmillos de los que parece gotear veneno, tentáculos y otros símbolos gratos a los que no están bien de la cabeza. De allí arrancan unos escalones que descienden unos 60m. por el interior del cono hasta el destino de los investigadores.
El camino hasta las profundidades está adornado con figuras de la Semilla Estelar de Cthulhu, perfiles de Profundos y formas de Shoggoth. De vez en cuando fuentes de azufre o humaredas nocivas cubren el camino. Finalmente, y con las armas preparadas, los últimos investigadores emergen del túnel a la cámara de la Mujer Abotargada. El destino del mundo está en sus frágiles manos...
...y en sus frágiles mentes. La cámara es aproximadamente cilindrica, de 45 m de altura, y es en realidad una caverna que quedó vacía cuando el material volcánico se retiró de lo alto del cono hasta los ríos de magma que hay más abajo. Una luz naranja parece emanar de los hongos legamosos que recubren las paredes y el techo, pero en realidad es un reflejo de la energía procedente del pozo de magma del centro de la cámara, suspendido sobre el cual mediante recias vigas metálicas, se encuentra una brillante bala de metal de unos 20 m de altura, construida con metales de aleaciones extrañas que brillan con colores inhumanos. En el casco exterior hay diversos elementos del más elegante art déco y hasta las aletas direccionales son de diseño. Alrededor del cohete, y en una serie de plataformas de diversa altura, más de una docena de sectarios se afanan probando circuitos, haciendo reparaciones y soldaduras e insertando cables. El cono superior del cohete aún no ha sido colocado.
Una docena de tubos de 2'5 crn de grueso descienden unos 3 m de la parte posterior del cohete al pozo de magma. Están al rojo blanco, arrojando un brillo parecido al de las lámparas fluorescentes, pero de intensidad cegadora; todos los trabajadores llevan gafas protectoras contra esta luz. (N. del G.: Los tubos son aparatos extraterrestres, tubos de conversión que almacenan energía del magma que propulsará el cohete a través de Asia suroricntal y sobre el Océano Indico, para que allí abra camino al mal que deberá corromper el mundo.)
A la izquierda de los investigadores hay diversos montones de herramientas, cajas de embalaje, materiales y un cierto número de tanques con forma de cigarro equipados con arneses y diversos tubos. Algunos de los sectarios que trabajan en el cohete llevan dispositivos de éstos (que pesan unos 7 Kg) a la espalda: se trata de equipos de soldadura que emiten rayos de luz escarlata la cual, al locar el metal, lo funde. Sus principios de funcionamiento son enteramente desconocidos para la ciencia humana.
A la izquierda, más al fondo, hay un estanque burbujeante; a él descienden unas escaleras que se adentran en su líquido oscuro y movedizo. (N. del G.: Aquí trabajan cinco Profundos, con un sexto que al parecer está al mando de las operaciones. Entre todos se ocupan de un Shoggoth que se encuentra en el estanque y recogen trozos de tejido para añadir a la energía del pozo de magma. El Profundo que está al mando es un Shoggoth-twsha, o sacerdote de los Shoggoth, una posición importante en la sociedad de los Profundos. De vez en cuando coee con sus
garras trozos vibrantes del légamo gris del Shoggoth y realiza encantamientos en dirección al estanque donde éste se halla.)
A la derecha hay otro estanque de aguas tranquilas (N. del G.: que es el acceso acuático que utilizan los Profundos para ir y venir de su colonia en la laguna.)
Más a la derecha, al fondo, hay una jaula en la que aguardan un macabro destino los diversos prisioneros que la secta ha ido cogiendo aquí y allá, en total unas dos docenas de seres humanos, en su mayoría pescadores y marineros aterrados. El techo de roca de la jaula está a unos 2'40 m de altura; barras de acero separadas unos 2 cm cierran la parte delantera, en la que hay una puerta cerrada. Como quiera que los prisioneros pueden ver lo que sucede en el exterior de la jaula a través de los barrotes, la mayoría han enloquecido contemplando los horrores que tienen lugar aquí.
Al otro lado de la caverna, hay una imagen de la Mujer Abotargada de unos 3 m de altura. Tan tremendo como la escultura son el centenar largo de brazos humanos cortados que cuelgan de sus tentáculos. Ahora los investigadores saben dónde fueron a parar los brazos cortados a las víctimas de Shangai. Una versión en panes de oro de los caracteres de la secta adorna el suelo delante de la estatua, y también hay gran variedad de manchas de sangre.
Totalmente desbordada, Sofía Wells entra en un estado de estupefacción mental. Dallas, Kipchirchir, Choi y Fraxon desfallecen en un frenesí de locura, babeando y echando a correr mientras arrojan sus armas y dan terribles gritos que atraen la atención sobre sí.
Josefina Pérez, a la desesperada se lo juega todo a una carta. Viéndose sola, saca los tres cartuchos de dinamita y los arroja al cercano pozo de magma sobre el que se asientan los soportes de la subestructura que sostiene el cohete, y después echa a correr túnel arriba sin mirar atrás.
El arma secreta de la Orden en la Cámara de la Mujer Abotargada, que hubiera propiciado la apertura del portal para Nyarlathotep
Los cartuchos vuelan por el aire mientras el anodadado Sir Aubrey, al otro lado de la cámara, sigue la inevitable parábola hasta los soportes del cohete. Los cartuchos detonan con el calor del magma y varios soportes se dañan irremediablemente. Ho Fong, debilitado por los rituales de invocación se ve afectado por la explosión y cae malherido y quemado por las salpicaduras de magma. El cohete y los planes de Sir Aubrey se comienzan a hundir en el magma sin que pueda hacer nada para evitarlo mientras sus estúpidos súbditos persiguen a los investigadores que, totalmente fuera de sí, recorren la caverna.
Sir Aubrey, ignorando a todo y a todos a su alrededor, se acerca decidido a la figura ausente de la mujer que aguarda en la boca del túnel. Totalmente fuera de lugar.
- "Tú, maldita" -Sir aubrey agarra de la pechera a Wells y la agita totalmente fuera de sí- "TÚ NO ERES NADA. ¡YO SOY NEFREN-KA! ¡YO SOY UN DIOS, Y TÚ NO ERES NADA!"
El burbujeo y el brillo del magma y se intensifican mientras la tecnología alienígena del cohete reacciona al intenso calor. El nivel de magma asciende en la caverna.
- "¡MI DIOS ME DIO EGIPTO Y YO LE DARÉ EL MUNDO! ¡NO PUEDES OPONERTE A SU VOLUNTAD!"
Entonces Sir Aubrey se dio cuenta de que Wells no paraba de musitar algo. Los ojos se le salían de las órbitas:
- ¿Qué dices bruja? - Sir Aubrey ladea la cabeza para poner la oreja junto a sus labios y escuchar lo que decía:
- "LohemosconseguidoJacksonLohemosconseguidoJacksonLohemosconseguidoJacksonLohemosconseguid..."
Por el rabillo del ojo Sir Aubrey vio el perfil gomoso y sonrosado del gigantesco shoggoth fuera de control, que se cernía sobre ellos.
Pérez corría entre las palmeras mientras los sectarios y sus terribles seres la acechaban. Sin aire en los pulmones, llegó a la playa llena de ceniza y cayó de rodillas agotada. Ya no le quedaba munición en sus armas. No tardarían mucho en llegar y su embarcación, de hecho todas las embarcaciones, habían desaparecido. Y en un instante, la luz verde la envolvió.
Sir Aubrey, ignorando a todo y a todos a su alrededor, se acerca decidido a la figura ausente de la mujer que aguarda en la boca del túnel. Totalmente fuera de lugar.
- "Tú, maldita" -Sir aubrey agarra de la pechera a Wells y la agita totalmente fuera de sí- "TÚ NO ERES NADA. ¡YO SOY NEFREN-KA! ¡YO SOY UN DIOS, Y TÚ NO ERES NADA!"
El burbujeo y el brillo del magma y se intensifican mientras la tecnología alienígena del cohete reacciona al intenso calor. El nivel de magma asciende en la caverna.
- "¡MI DIOS ME DIO EGIPTO Y YO LE DARÉ EL MUNDO! ¡NO PUEDES OPONERTE A SU VOLUNTAD!"
Entonces Sir Aubrey se dio cuenta de que Wells no paraba de musitar algo. Los ojos se le salían de las órbitas:
- ¿Qué dices bruja? - Sir Aubrey ladea la cabeza para poner la oreja junto a sus labios y escuchar lo que decía:
- "LohemosconseguidoJacksonLohemosconseguidoJacksonLohemosconseguidoJacksonLohemosconseguid..."
Por el rabillo del ojo Sir Aubrey vio el perfil gomoso y sonrosado del gigantesco shoggoth fuera de control, que se cernía sobre ellos.
Pérez corría entre las palmeras mientras los sectarios y sus terribles seres la acechaban. Sin aire en los pulmones, llegó a la playa llena de ceniza y cayó de rodillas agotada. Ya no le quedaba munición en sus armas. No tardarían mucho en llegar y su embarcación, de hecho todas las embarcaciones, habían desaparecido. Y en un instante, la luz verde la envolvió.
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